Somos lo que comemos. Una buena alimentación se refleja absolutamente en todo lo que hacemos y, aunque parece sencillo llevar una hábitos de vida saludables, en el caso de la alimentación nos enfrentamos a un gigante muy complejo de superar. Se trata de la industria de la alimentación que invierte millones y millones de euros con el único objetivo de que consumas y, para ellos, no dudan en ‘vender’ el concepto que necesitas escuchar.

Es muy común que comamos alimentos que, pensamos, son saludables pero que, en realidad, no lo son. Pero, en estos casos la información es poder. Por eso, antes de comprar un producto, aprende a leer las etiquetas y saber lo que adquieres. Por eso te propongo una lista de productos con los que tienes que ir con especial cuidado:

Cereales de desayuno: Existen cientos de estudios que demuestran que las diferencias entre unos cereales y otros son apenas inexistentes y la principal diferencia suele estar en la caja. Lo más escandaloso es que muchos de los que se anuncian directamente como indicados para adelgazar suelen tener más calorías que los normales y cuentan con ingentes cantidades de azúcares añadidos. Así, que si eres de los que no puedes pasar sin desayunar cereales, limítate a los que sean copos de maíz sin azúcar o, mucho mejor, prueba los copos de avena, es la mejor opción.

Tortitas de arroz. Parecen la solución ideal para picar entre horas por su aspecto ligero y lleno de aire pero, cuidado. Estas tortitas tienen sólo aportan hidratos de carbono y una gran aportación de sal para corregir el sabor. Sinceramente, no son una buena opción. Para picar entre horas es mucho mejor apostar por la fruta de temporada o por unos frutos secos.

Galletas integrales. La gran fama de los productos integrales no implican que vayan a engordar menos. La mayoría de estos productos se elaboran con aceite de palma que es altamente calórico, azúcar… La diferencia con las galletas normales es mínima. Al igual que los panes multicereales… Para no caer en la tentación ten en cuenta un truco: si no sabes cómo se ha elaborado, desconfía. Lo mejor es saber la procedencia de todo lo que comes.

Azúcar moreno. Los que seguís el blog ya sabéis mi opinión sobre el azúcar refinado: no aporta nada y es innecesario. Hay mucha gente, que al conocer que evito todo lo posible el azúcar añadido me dice que ellos toman azúcar moreno. Pues bien, las diferencias son mínimas por no decir ninguna entre el blanco y el negro. Una vez más, puro márketing.

Productos ‘light’. Nunca te olvides que para ser un producto ‘light’ simplemente con que se le reduzcan un 30% las calorías, ya se le puede poner este título. De ahí que si un producto aporta 1.000 calorías, sólo con que aporte 700 ya puede ser light. Pero esto no quiere decir que sea saludable ya que, en la mayoría de casos se eliminan grasas pero se le incrementan los azúcares para corregir el sabor…

Embutidos de pavo. Los embutidos, sean del animal que sean, cuentan con una gran aportación de grasa así que no pierdas el tiempo. Si un día te apetece embutido, cómelo normal.

Vino tinto y cerveza. Si hay productos que tienen buena fama son, desde luego, el vino y la cerveza. El vino tinto, es cierto, que cuenta con resveratrol que es bueno para la circulación pero, si quieres disfrutar de estos beneficios, come directamente uva. Lo mismo sucede con la cerveza. Aunque es cierto que dentro de los alcoholes son los más ‘sanos’, no dejan de ser bebidas alcohólicas. Una de las locuras más grandes que he escuchado es que después de, por ejemplo hacer deporte, es bueno beber cerveza. El alcohol deshidrata y hace sufrir al hígado, así que tú mismo.

No obstante, si lo que de verdad quieres es llevar una dieta adecuada, consulta un buen nutricionista o endocrino y, sobre todo, piensa que vivir es disfrutar. Si llevas una vida sana puedes permitirte el chocolate, los cereales y el vino sin problemas, pero estos productos no pueden ser la base de tu alimentación.

Y ya sabes, si tienes cualquier consulta o sugerencia, fitnessandroll@gmail.com