De forma constante llegan a este blog consultas sobre personas que, pese a asegurar que todo lo hacen bien, no consiguen adelgazar y eliminar esos michelines rebeldes. Hablando con entrenadores y nutricionistas, todos comentan que es una de las consultas más reiteradas: gente que garantiza comer bien y llevar una vida activa pero que, sin embargo, no logran sus objetivos. No obstante, analizando un poco las pautas de estas personas, pronto descubres que no están haciendo lo correcto y, en la mayoría de ocasiones, lo hacen por desconocimiento, por falta de información. Estos pueden ser los errores que cometes y que te impiden adelgazar:
1.- No desayunar. Es la comida más importante del día. No basta con comer cualquier cosa, el desayuno debe suponer el 25% de lo que ingieres en un día y debe estar compuesto por todos los nutrientes: proteínas, hidratos, algo de grasa saludable… Hay gente empeñada en asegurar que no puede desayunar y que cuando se levanta no puede ingerir nada. Se trata sólo de un mal hábito que se debe modificar: levántate 20 minutos antes y piensa que es tu momento y, sobre todo, erradica los productos ya elaborados o industriales.
2.- Saltarse comidas. Un gran truco para que tu metabolismo esté activo y te ayude a consumir grasas es no saltarse comidas. Todo lo contrario: cada 3 o 4 horas como mucho tu cuerpo debe ingerir alimentos. Todos tenemos trabajos y obligaciones, pero no es nada complicado. Además, si te saltas una comida llegarás a la siguiente con más hambre y le estarás dando un mensaje erróneo a tu cuerpo. Aplica la máxima: Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo (y almuerza y merienda).
3.- Alimentos trampa. La industria de la alimentación ha desarrollado un gran mercado con alimentos trampa. Los ‘light’, por ejemplo, o los que se venden con la falsa idea de que ayudan a mantener la línea. Muchos de ellos aportan más calorías que los normales. El gran ejemplo son los cereales de desayuno presuntamente sanos y que tienen las mismas calorías que el resto, mejor apuesta por la avena o por unas tostadas de pan hechas por ti y para no equivocarte, recuerda, cuando un alimento está procesado, corres el riesgo de equivocarte. Aquí entran productos del estilo barritas o tortitas. No caigas en la trampa.
4.- Azúcar. A veces, sin darte cuenta, consumes mucho azúcar refinado. No estamos hablando de carbohidratos o fructosa y los alimentos que se convierten en azúcar necesarios para el cuerpo y para vivir. Estamos hablando de la cucharadita en el café. Hay gente que se ha estancado porque al consumir cuatro cafés al día, sin darse cuenta, estaba ingiriendo más azúcar del que su cuerpo podía quemar. En este apartado entran, por supuesto, los refrescos, una bomba de calorías y que no son necesarios para vivir e interrumpen la quema de energía.
5.- Dieta estricta o estática. Si siempre comes lo mismo, no esperes resultados distintos. La dieta ha de ser variada y debe tener todo lo necesario para el cuerpo: hidratos, proteínas, vitaminas, grasa… Acude a un buen profesional. A veces, si comes demasiado poco el cuerpo se pone en alerta y te impide adelgazar. Lo mismo ocurre si le eliminas nutrientes necesarios y, además, corres el riesgo de vivir el ‘efecto rebote’. Una buena dieta es un estilo de vida y debe dejarte días o comidas libres para que el organismo entienda que se pueden asumir excesos.
6.- Hacer siempre el mismo deporte. El cuerpo, por desgracia, se acostumbra pronto a todo. Si siempre haces lo mismo, te estancarás, así que esfuérzate más y varía tus rutinas cada dos o tres meses para avanzar. Por cierto, si has empezado a hacer deporte y te pesas y la báscula te indica que has ganado peso, no te asustes. Es normal. El músculo pesa cuatro veces más que la grasa, pero es buena señal. Imagina una bolsa llena de esponjas (la grasa). Ahora cambia cuatro esponjas por dos piedras (músculo). Pesará más pero abultará menos ¿verdad? Pues eso ocurre con el cuerpo. Si te sucede, alégrate, vas por buen camino.
8.- Malas referencias. La báscula es una mala referencia. El peso puede variar mucho a lo largo del día, por retención de líquidos, por procesos hormonales… Es mucho mejor tener la referencia del porcentaje de grasa y las medidas de tus contornos. Al igual que el Índice de Masa Corporal, que analiza muy pocas variables y puede suceder que un deportista de élite, al pesar mucho por su gran cantidad de masa muscular, aparezca como que tiene sobrepeso y al contrario. Es una referencia muy genérica que puede llevar a error.
Y ya sabes, ante cualquier duda o sugerencia, escribe a fitnessandroll@gmail.com