Una sala con anillas, barras de halterofilia, pesas, cajones, cuerdas… Impresiona, es cierto. Cualquiera que haya visto una sesión de CrossFit desde fuera puede caer en la tentación de pensar que es una disciplina dura y rechaza de plano el que eso sea para ellos. Sin embargo, nada es lo que parece.
Esta disciplina en auge en el mundo del fitness es una de las opciones más completas a la hora de transformar el cuerpo y de ponerte en forma. Como ocurre siempre en el mundo del deporte, cuando algo se pone de moda, siempre recibe muchos ataques. Sin embargo, soy de la opinión de que los prejuicios, tanto en el mundo del deporte como en la vida en general, surgen del desconocimiento.
Además, soy un firme defensor de que en el deporte, nada es excluyente y cuantas más disciplinas practiques, mucho mejor. Es decir, el CrossFit no es excluyente, aunque es muy completo, no está reñido con un entrenamiento de pesas, con el Pilates o con salir a correr. Al revés: cuanto más, mejor.
El Crossfit está basado en ejercicios funcionales, esto es, que implican varios grupos musculares a la vez, y en una sola sesión que dura alrededor de 60 minutos se trabaja la resistencia cardiovascular, la resistencia muscular, la fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, agilidad o equilibrio, entre otros.
Si te has decidido a probarlo, ten en cuenta estos consejos:
1.- Calma. No os voy a engañar, el CrossFit es exigente pero tranquilidad. El primer día nadie te va a pedir milagros. Lo bueno es que la mayoría de ejercicios técnicos se adaptan a tu propia fuerza y a tus limitaciones. Como en tantas otras clases, existen opciones y si hay un buen entrenador estará pendiente de que realices de forma correcta los ejercicios y no priorizará otras cosas para que ganes seguridad y aprendas a hacer cada ejercicio.
2.- Compite contigo mismo. El CrossFit tiene un componente de pique sano, de rivalidad. Pero siempre debes competir contigo mismo, centrarte en mejorar poco a poco. Primero la técnica, el resto ya vendrá. Trata de estar atento y que los tiempos de los demás te sirvan como ejemplo. Ellos también empezaron un día. Además, como en el resto de disciplinas, la principal referencia eres tú mismo y tus avances.
3.- No es peligroso. Existe una leyenda extendida: que es peligroso y lesivo. El CrossFit no es peligroso, un mal entrenador sí lo es. Es cierto que se castigan las articulaciones y que es muy intenso, pero para eso se hace un calentamiento previo muy centrado en lo que vas a hacer luego y luego ejercitarás la movilidad. Claro que hay gente que se lesiona, también los hay que se lesionan saliendo a correr o en la sala de pesas. La parte buena es que estas clases cuentan con un coach que está delante de ti en todo momento para corregirte. En estos casos, el ego sí es peligroso.
4.- Come sano, descansa. Para que los resultados sean óptimos, aprovecha para comer sano. El CrossFit mezcla por un lado el trabajo de fuerza (desarrollo muscular) con la resistencia cardiovascular (pérdida de grasa). Si estás bien alimentado, todo irá mejor y los resultados a nivel físico y en tu rendimiento serán mucho mejores. No te obsesiones, no somos deportistas de élite, así que descansa. No sólo todos los días debes dormir bien para que tu cuerpo se recupere, sino que si estás empezando, no pretendas practicarlo todos los días.
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