Se acerca el verano y, con él, mucha gente apuesta por empezar a hacer deporte, retomar la vida sana o, simplemente, aumentar la intensidad con la que suele practicar ejercicio. Ponerse en forma es un objetivo compartido y un propósito que mucha gente se marca. Sin embargo, bien seas ‘novato’ o estés acostumbrado a hacer deporte, hay errores que nos pueden jugar una mala pasada. Anótalos y, sobre todo, evítalos.
1.- Darlo todo al principio. ¿Pasar de una vida sedentaria a hacer deporte todos los días? No es aconsejable. Aunque es habitual, no es la mejor forma de ‘engancharte’ al deporte y disfrutar de sus beneficios. El esfuerzo, la inversión de tiempo y el agotamiento harán que cada sesión sea cada vez más como escalar el Everest. Al principio es mejor ir con calma y acostumbrar al cuerpo a los cambios de forma progresiva y que aprendas a conocer tu propia intensidad.
2.- Un mal entrenador. Tener un título en fitness no convierte a nadie en buen entrenador. Es curioso que si tenemos un problema médico nos pongamos en las mejores manos pero, cuando se trata de deporte, no exijamos lo mismo. En el mundo del deporte no existen prácticas lesivas, sino malos entrenadores. Un buen instructor sabrá adaptarse a ti, exigirte según tus capacidades y lograr sacar lo mejor de ti.
3.- No controlar la técnica. Un ERROR en mayúsculas que, sobre todo, se puede ver en una sala de pesas. Gente obsesionada en subir peso sin saber aislar el músculo que trabaja ni los movimientos correctos. Pero esto se puede aplicar hasta para salir a correr. Además de no servir para nada, es peligroso.
4.- Rechazar algo sin probarlo. Una de las frases que más odio y que más escucho: “Esto no es para mí” o “esto no sirve de nada”. Todos los ejercicios, TODOS, son adaptables a la intensidad y condición física de cada uno. Además, si no lo has probado ¿cómo te atreves a juzgarlo? Es una estupidez muy extendida que hay que desterrar.
5.- No descansar. El sobreentrenamiento nos puede jugar una mala pasada. Sea el ejercicio que sea y sea el estado físico que sea. No sólo hay que saber descansar con días libres, sino también durante el día. Dormir bien por la noche es fundamental para que los músculos se recuperen.
6.- Relajarse. En la parte contraria está el no alcanzar nuestro nivel de intensidad. Entrar a una clase como quien va a pasear en barca, no coger pesos adecuados a nuestra fuerza… No esforzarse, en definitiva, sólo es un autoengaño.
7.- Olvidar la alimentación. Es fundamental y parte clave en los resultados. Para ir a entrenar tenemos que estar a tope de energía, no empezar cansados. Para ello, lo mejor es que un buen nutricionista te asesore para conocer tus necesidades y adapte la alimentación a tus horarios y ejercicios.
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