Por desgracia, en ocasiones se ponen de moda determinados conceptos vinculados a la salud o a la vida sana de forma tan rápida que es complicado encontrar el origen. Si hace unos años fueron alimentos como la piña o las alcachofas las que fueron entronizadas al pódium de las propiedades, ahora son multitud los productos a los que se les atribuyen propiedades sin apenas base científica ni rigor.
El hecho de que cada vez haya más personas preocupadas por mejorar su salud y sus hábitos de vida hace que cada vez nos veamos arrastrados a modas absurdas. Y los ‘súper alimentos’ es una de ellas que debe ser vista con perspectiva, rigor y cuidado, vamos a analizarlos:
1.- ¿Son una moda? Sin duda alguna, sí. La OMS ha advertido del crecimiento de población que van a sufrir los países desarrollados en las próximas décadas lo que ha provocado que se investigue con nuevos alimentos sostenibles y nutritivos, como las semillas, por ejemplo. A ello se le une la globalización que ha hecho que conozcamos alimentos de otros países y que se puedan encontrar en nuestros supermercados.
2.- ¿Tienen más propiedades? En primer lugar, comparar alimentos es un error. Pero además, creer que es mejor comer avena a una clásica manzana es puro ‘snobismo’. Cada alimento tiene unas propiedades pero aunque hay que estar atento e introducir aquello que nos ayude a mejorar, no olvides las frutas, las hortalizas, los pescados, carnes, el aceite de oliva… En la inmensa mayoría de casos, NO tienen más propiedades, sino que son diferentes y cuentan con una importante campaña de marketing detrás.
3.- No subestimes a la industria. La industria de la alimentación no sólo se dedica a vender patatas fritas y refrescos con anuncios en la tele. No la subestimes. El hecho de que verduras como el bimi sea vendida como ‘súper verdura’ y que la gente así lo crea es un ejemplo de ello. Nutricionalmente tiene las mismas propiedades que el brócoli, eso sí, con un precio infinitamente mayor. Sé más inteligente.
4.- El cuerpo tiene un límite. Es curioso cuando la gente habla de las propiedades, vitaminas, aminoácidos que tiene un alimento… Acaso crees que el cuerpo tiene una neverita para almacenar las vitaminas, por ejemplo. Lo normal es que el organismo asimile aquellas que le son necesarias y, el resto, sean eliminadas o no absorbidas directamente.
5.- Valora el conjunto. Al igual que la dieta de la piña y la alcachofa es un absurdo y, además, insano, basar la alimentación en los superalimentos, también lo es. Debes tener en cuenta el conjunto de la dieta: que las grasas, hidratos y proteínas estén equilibrados, que haya variedad y, siempre que puedas, sean productos de temporada que, además son los más baratos y saludables. Acude a un nutricionista o endocrino que te oriente y te ayude, es una inversión en salud más efectiva que la peluquería o las cremas hidratantes, de verdad.
6.- Menos es más. Antes de lanzarte a las bayas, algas y productos ‘fashion’ batidos todos en una taza de Mister Wonderful y subir la foto en Instagram, piensa un momento: analiza tu nevera y tu despensa. Igual es mejor optar por una dieta mediterránea y eliminar los productos llenos de aceite de palma y refinados. Es decir: es más fácil no comer determinadas cosas que luego tener que quemarlas. Tu cuerpo no es un basurero, sé selectivo y, como siempre, haz deporte para estar sano.
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