En todos los campos de la vida crecen las estafas que, casi siempre, se asientan en el desconocimiento. Sin embargo, en el mundo del fitness abundan las leyendas urbanas y creencias que hasta el más curtido puede acabar creyendo. Si tienes unos objetivos concretos, huye de estas grandes mentiras que te impedirán avanzar.

1.- Vamos a tonificar. Tonificar, en verdad, es algo que no existe pero que todos usamos. Se trata de un eufemismo focalizado sobre todo en las mujeres que tienen un pavor extremo a ganar masa muscular y dejar de ser femeninas. Sin embargo, dar tono al músculo es hacerlo crecer y, chicas, estad tranquilas, la ausencia de testosterona os impedirá parecer Schwarzenegger, ojalá fuera tan fácil.

En realidad, cuando mucha gente hablar de tonificar en realidad se refiere a ganar resistencia. Sí, seguro que tú entrenador lo usa, pero es que no puede luchar contra los elementos.

2.- Voy a perder grasa y ganar músculo. Pues enhorabuena, eres un privilegiado. El cuerpo no puede hacer las dos cosas a la vez como objetivo concreto, le es muy complicado. Para perder grasa debes llevar a cabo una dieta hipocalórica y, por lo tanto, el cuerpo recurrirá a la grasa acumulada. Por el contrario, para ganar volumen debes llevar a cabo una dieta hipercalórica para ganar de forma limpia (aunque también ganarás algo de grasa). Los dos procesos a la vez son muy, muy, muy complejos de realizar de forma que haya cambios evidentes.

3.- Voy a hacer cardio para perder grasa. Pues muy bien. Aunque es una buena opción, desde luego, está demostrado que es más efectivo optar por ejercicios de fuerza. La diferencia no es abismal, pero las pesas o el levantamiento de nuestro peso corporal, son más efectivos que el cardio puro y duro. No obstante, lo mejor es combinar ya que sólo con una cosa no vas a lograr grandes resultados.

4.- Se puede quemar grasa localizada. Si te dicen esto, haz cardio y empieza a correr pero para huir. Es absolutamente imposible perder grasa de una zona concreta, ni siquiera con cremas o tratamientos (esa es otra gran estafa). El cuerpo humano pierde grasa de todas partes por igual de manera progresiva pero las zonas rebeldes cuestan más, simplemente, porque hay más grasa acumulada. Lo único efectivo, no obstante, es que hagas trabajos de pesas en esas zonas para desarrollar el músculo.

5.- Voy a hacer 2.000 abdominales al día para ser Cristiano. Enhorabuena, tienes tiempo libre por lo visto. No importa el número de abdominales que hagas al día. Para destapar el ‘six pack’ hace falta una dieta correcta a tus necesidades: a tu metabolismo, a tu nivel de ejercicio… Se trata de bajar el porcentaje de grasa pero, previamente, haber desarrollado los abdominales, ya que sólo se hacen visibles a partir del 13% o menos de grasa.

6.- Esto es malo / no sirve de nada. La gran obsesión de los listos: correr es malo para las rodillas, el CrossFit es lesivo, el body pump quema músculo, eso no sirve de nada, el pilates es para señoras… Lo malo es ser corto de miras y no aprender a ver lo bueno de cada deporte. Quieres un cuerpo fitness, vale, pero disfrutemos del camino.

7.- Proteínas por un tubo. Batido de proteína, pollo, arroz y claras de huevo para ponerme más fuerte que el vinagre. Mala noticia: el cuerpo sólo puede asimilar, como mucho y siendo generosos, 3 gramos de proteína por kilo de peso corporal. El resto, será expulsado. Mejor céntrate en una dieta correcta: con los carbohidratos necesarios para que los músculos se regeneren, la proteína y la grasa adecuada y, sobre todo, que sea variada y mediterránea.

8.- Los batidos son malos. Los batidos de proteína son un suplemento alimenticio que básicamente son proteína de leche en polvo y que funcionan de forma perfecta dentro de una dieta adecuada. Eso sí, no deben sustituir comidas, son suplementos, y nunca se debe pasar la ingesta recomendada. No son el demonio, pero no te centres en los suplementos que tienen una función concreta.

9.- Tiene un título, alfombra roja. Tener un título no sirve de nada en muchas ocasiones porque lo interesante es la experiencia y, sobre todo, la honestidad. Hay nutricionistas que no tienen ni idea de lo que necesita un deportista o entrenadores con título que te pueden lesionar.

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