Javier Martinez (18-03-2010)
El ‘Cuco’ siempre levanta el vuelo. Con lluvia, viento traicionero o niebla, el helicóptero de la Guardia Civil realiza unos 500 servicios al año en la Comunitat Valenciana. En el argot policial, ‘Cuco’ es un nombre en clave para referirse a la aeronave en las comunicaciones policiales tan escuchadas en otros tiempos por radioaficionados e incluso delincuentes.
Con sofisticados aparatos de grabación, nada o casi nada se escapa a vista de pájaro. Plantaciones de marihuana, vertidos ilegales en el parque natural de la Albufera, lanchas neumáticas con alijos de hachís, atracadores que huyen a toda velocidad con un coche de alta gama… Toda actividad delictiva que detecta la tripulación del helicóptero puede ser fotografiada o grabada desde el aire. Las imágenes quedan inmortalizadas en las cámaras digitales y se convierten en las pruebas del delito.
La mayoría de los vuelos se realizan de día, pero el ‘Cuco’ también vigila el litoral de noche para impedir los frecuentes desembarcos de droga y localizar pateras. Un potente foco de rastreo y otros elementos optrónicos aumentan las posibilidades de éxito de estos servicios nocturnos.
La aeronave está dotada de la más moderna tecnología. Los agentes de Unidad de Helicópteros de Valencia (UHEL 31) disponen de radares, visores con sistema de infrarrojos y cámaras fotográficas de alta resolución. También cuentan con dispositivos de vídeo que graban y transmiten imágenes en tiempo real.
Desde 1992, el año de fundación de la UHEL 31, los tres modelos de helicóptero utilizados por esta unidad volaron cerca de 8.500 horas en misiones de todo tipo. Los servicios consisten en rescates en zonas montañosas, búsqueda de personas desaparecidas, control de quemas de rastrojos, detección de vertidos y construcciones ilegales, vigilancia de parques naturales, prevención de incendios forestales y colaboración con otras unidades y grupos de investigación de la Guardia Civil.
Algunos de los salvamentos son muy peligrosos debido a las condiciones meteorológicas adversas. En diciembre de 2004, el ‘Cuco’ localizó en el barranco del Infierno en la Vall d’Ebo a cuatro personas que estaban aisladas en un peñasco y a punto de ser arrastradas por las crecidas aguas. La tripulación del helicóptero fue condecorada tras arriesgar su vida en un complejo rescate con escasa visibilidad.
Otro servicio destacado tuvo lugar en diciembre de 2000 cuando otra aeronave de la Guardia Civil colaboró en la detención de dos atracadores en Moncofa. Los agentes recuperaron 80 millones de las antiguas pesetas -el botín- y dos armas de fuego. Y en mayo de 2006, dos helicópteros de la UHEL 31 persiguieron y posibilitaron la captura de otro peligroso ladrón que huyó de forma temeraria con un coche por la A-3.