Por Javier Martínez (4-02-2010)
Una finca de Valencia tiene un desencanto especial. Como la fuerza magnética de un imán, el edificio atrae los sucesos, los delincuentes y los delitos de sangre. Será una casualidad tras otra o el efecto de la sugestión, pero un vecino murió de una paliza en el rellano, otro agredió con un hacha a su pareja, un atracador de bancos residió durante un tiempo en un piso del bloque y una banda de delincuentes de Europa del Este instaló su cuartel general en la quinta planta.
Todo sucedió en la misma finca a escasos metros del cuartel de la Guardia Civil de Patraix, concretamente en el número 1 de la calle . A los vecinos no les gusta hablar de la historia negra del inmueble. «La gente dice muchas tonterías. Es verdad que han pasado cosas muy malas, pero no tienen relación», afirma Consuelo G., una de las pocas personas que reside en el edificio desde 1962, el año de su construcción.
La mujer de 67 años recuerda muy bien el día en que Ramón M. asestó varios hachazos a su pareja. «Fue horrible. Pobre mujer. Ella era una modista reconocida, y Ramonet se juntó con ella después de quedarse viudo», explica la vecina. «El día que le pegó con el hacha yo abrí la puerta del patio para que entrara la policía, y la encontramos con la cara ensangrentada en las escaleras», afirma Consuelo.
«Creo que lo hizo por celos. Ramonet tenía un carácter muy difícil, y discutían mucho», conjetura la mujer. Días antes de la brutal agresión, la víctima dio a su vecina el número de teléfono de su hijo. «Me dijo que llamara a ese teléfono si le ocurría algo a ella», asevera Consuelo. «Parecía como si tuviera miedo», supone otra vez.
El mismo edificio, pero en diferente piso, albergó otro terrible suceso que conmocionó a los vecinos de Patraix en marzo de 2000. El homicidio de Juan Solves, de 65 años, que residía en la primera planta. El hombre murió en el rellano tras ser golpeado en la cabeza con una botella de cristal. El crimen tuvo lugar de madrugada en la víspera de San José.
Tras una ardua investigación, la Policía Nacional arrestó en Ibiza a un joven de 29 años de edad y a una mujer de 40 años como presuntos autores del homicidio. Ella había convivido varios años con la víctima. Los agentes del Grupo de Homicidios descubrieron varios millones de las antiguas pesetas en billetes falsos cuando registraron la casa de Juan Solves, que regentaba el club de alterne Copacabana en la calle Jesús. El hallazgo motivó otra investigación policial.
Otro vecino con mala reputación en la finca fue un inquilino de la puerta 16 en la década de los 90. «Era un hombre muy alto que solía pasear su perro todos los días», recuerda Marcos Sanz, un mecánico que tiene un taller de reparación de coches en la misma calle. «Cuando nos enteramos de que era un atracador de bancos, nos costaba creerlo», añade.
Y la última vez que este edificio fue noticia en las páginas de sucesos de la prensa local, el 20 de octubre del año pasado, medio centenar de guardias civiles tomaron la finca en una espectacular operación contra el robo organizado. Los agentes desarticularon una banda de delincuentes albanokosovares que habían instalado su cuartel general en la puerta 13, justo debajo del piso donde residió el atracador de bancos.