Dar información insuficiente u omitirla es una de las acepciones de la palabra desinformar, un verbo que conjuga a la perfección la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana. Tras la manifestación celebrada en Valencia contra la reforma laboral de Zapatero, los asesores de prensa de Ricardo Peralta no facilitaron ninguna cifra sobre el número aproximado de asistentes a la protesta.
Pese a la insistencia de los periodistas por conocer un dato relevante, el gabinete institucional remitía a los medios de comunicación a la Policía Nacional, que devolvía la pelota al tejado de la Delegación del Gobierno. Unos por otros y siguiendo las directrices de quien todos sospechamos, la única cifra que se hizo pública fue la facilitada por los organizadores: 90.000 manifestantes en el centro de la ciudad de Valencia. Quizás, la razón era que tenían dudas sobre si la protesta fue multitudinaria; o igual no querían rebatir los datos de los sindicatos.
Pero el problema es que llueve sobre mojado. Desde hace tiempo, cuando un periodista solicita a la Policía Nacional o la Guardia Civil datos sobre detenciones o denuncias por un determinado tipo de delito, los gabinetes de prensa policiales siempre responden lo mismo: “tiene que dirigir usted su petición a la Delegación del Gobierno”. Y pasan los días, semanas y meses… Y nadie te facilita las estadísticas. Tampoco se dignan a contestar. Esto es como poner una bozal al periodista.