La sensibilidad del conductor de un camión de la basura permitió rescatar con vida un perro que había sido arrojado a un contenedor en Valencia. ‘Bobby’ es el protagonista de una historia perruna que nada tiene que envidiar a los cuentos de animales de Disney,
Desde hacía 10 meses, el pequeño can buscaba a su dueño por las calles del barrio de San Marcelino. El perro correteaba por los mismos lugares que frecuentaba José Luis Arbas Miralles, un indigente que murió el verano pasado a los 52 años de edad. «Al pobre José le gustaban mucho los animales. Él cuidaba de ‘Bobby’ en su chabola», afirma María Amparo Busó, una florista que se llevó el can a su casa para que no acabara en la perrera.
«El animal no sabía que su dueño ha muerto y lo buscaba todos los días. Siempre iba a los mismos sitios», asegura José Monedero, un comerciante que desayuna todas las mañanas en compañía de ‘Bobby’. «Aparecía siempre a la misma hora en el almacén. Le daba una madalena, se la comía y se iba al bar o a la puerta del supermercado», añade Monedero. Precisamente estos dos comercios eran los preferidos por el indigente para matar el tiempo cuando vagaba por el barrio.
Pero no todos comparten ese amor por los animales que caracteriza a Amparo y José. El 20 de mayo de 2011, un desaprensivo intentó matar a ‘Bobby’ al encerrarlo dentro de un contenedor de basura en la calle Salvador Perles. Sobre las siete de la mañana, el camión de la empresa Agricultores de la Vega recogió el depósito metálico.
Francisco Sanchis, un camionero con 25 años de experiencia, iba al volante. Dos cámaras de vídeo grababan el enganche y vaciado del contenedor. «Ví por el monitor que se movía algo pequeño con patas y paré la máquina prensadora», explica Francisco. Su acción salvó la vida de ‘Bobby’, que habría sido aplastado en pocos segundos.
Al salvamento del perro acudieron bomberos, policías locales de Patraix y empleados de la sociedad protectora de animales. Los comentarios sobre el rescate del can corrieron como la pólvora de boca en boca entre los vecinos y comerciantes. La historia perruna conmovió a Amparo y su marido, que decidieron quedarse con ‘Bobby’. Días después, el animal apareció muerto en la calle. Los vecinos del barrio San Marcelino sospechan que el perro fue envenenado por la misma persona que lo arrojó al contenedor de basura.