La Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que los funcionarios policiales tienen que realizar las detenciones de la manera menos perjudicial posible para la integridad física y moral del sospechoso, pero no diferencia entre famosos, delincuentes comunes, individuos violentos, agresores sexuales o estafadores. Todos son presuntos inocentes. El traslado de Francis Montesinos al juzgado de Llíria se realizó esta mañana con discreción para no dañar más su imagen, aunque el perjuicio ya se lo ha causado él mismo con los presuntos abusos sexuales que habría cometido, según las investigaciones de la Guardia Civil y las denuncias presentadas en la Fiscalía, o el autor de unas “acusaciones insidiosas”, según un comunicado del diseñador.
Tras salir de un coche camuflado de la Guardia Civil, el detenido caminó con celeridad en un intento de evitar a los reporteros gráficos que esperaban su llegada. Era una batalla perdida. Mi compañero Damián Torres inmortalizó con su cámara ese preciso instante. Además, horas después, tenía que salir por la misma puerta y enfrentarse a una nube de periodistas. Y Francis Montesinos no perdió la sonrisa tras declarar en el juzgado.
El modisto levantó su mano derecha para abrirse paso cuando fue abordado por una marea de medios de comunicación, y transmitió hasta tranquilidad en medio de la turba. Algunos se quedaron con las ganas de ver al conocido diseñador cabizbajo o con el rostro cariacontecido, el mismo semblante que tenía en el calabozo donde pasó la noche.
A juzgar por sus gestos, Francis Montesinos se siente inocente, pero tendrá que demostrarlo ante la juez. El modisto ha prestado ya declaración dos veces, primero ante la Guardia Civil y luego en el juzgado de Llíria, y declinó atender a los periodistas que esperaban en la puerta. Su abogado, Javier Cencillo, afirmó primero que la juez no había adoptado ningún tipo de medida cautelar sobre su cliente, pero segundos después reconoció que había una orden de alejamiento de Francis Montesinos de las supuestas víctimas.
Según el artículo 520 de Ley de Enjuiciamiento Criminal, “la detención y la prisión provisional deberán practicarse en la forma que menos perjudique al detenido o preso en su persona, reputación y patrimonio”. Y doy fe de que la Guardia Civil cumplió ayer la ley a rajatabla. Cuando Francis Montesinos entró en el juzgado de Llíria no iba esposado y los investigadores que lo trasladaron vestían de paisano. La discreción y la prudencia fue total para un diseñador genial, pero imputado en una causa abierta por dos denuncias de supuestos abusos sexuales a dos menores. El tiempo dirá si el modisto es inocente o culpable. Su imagen ya se ha dañado, aunque el diseñador proclama su inocencia y manifiesta su “repugna personal” ante lo que considera unas acusaciones insidiosas que buscan dañar su reputación personal y prestigio profesional.