La intriga se mantuvo hasta el final del rodaje. El asesino de la serie ‘Bajo sospecha’ se enteró de que era él cuando le dieron el último guión. Bambú Producciones se encargó de que el desenlace fuera el secreto mejor guardado, y prueba de ello es que tampoco figuraba el nombre del criminal en los primeros documentos que entregó a Antena 3.
Sorprende que se adopten tantas precauciones para que los actores no se contaminen de un guión predeterminado, y luego Atresmedia desvela demasiados detalles en los avances del siguiente episodio. Un consejo: cambien de canal nada más terminar el capítulo.
Cuando el guionista piensa antes en la trama que en el argumento aparece la mejor ficción. pero muchos telespectadores, entre los que me incluyo, quieren ver historias, sucesos o relatos creíbles. La intriga, el misterio y las elucubraciones criminales están muy bien, pero si el operativo policial para seguir a la sospechosa de un asesinato se realiza con coches patrulla que llevan las luces y sirenas encendidas, o policías infiltrados que te pisan los talones en pleno monte, la incredulidad puede apoderarse de hasta los telespectadores más agradecidos.
También es ficción elegir la demarcación rural de la Guardia Civil para que la Policía Nacional investigue un crimen, el excesivo tiempo de infiltración de dos agentes (que además encuentran sendos trabajos relacionados con los sospechosos), la conversación telefónica de un detenido en dependencias policiales con un familiar y la cobertura extraordinaria de los micrófonos o la calidad de sonido de las escuchas. Ya les gustaría a los investigadores de los grupos de homicidios de la Policía Nacional o de la Guardia Civil tener todas estas facilidades y medios técnicos para resolver un crimen.
Pero no seamos tan exigentes. Los presupuestos que se manejan en España para las series de televisión son más pequeños que en el mercado anglosajón, y esto repercute en los medios técnicos, el tiempo dedicado a la grabación, los decorados, las revisiones del guión, los equipos de postproducción o el reparto, aunque la interpretación de Alicia Borrachero (la madre de la primera niña desaparecida) es de lo mejor de la serie, junto con la trama de suspense.
Quizás, por eso, no son comparables otros deslices de conocidas series, como el botellín de plástico de agua en la foto promocional de la quinta temporada de Downton Abbey. Después de seguir con atención los primeros capítulos de ‘Bajo sospecha’, que en su estreno alcanzó más de 4,2 millones de espectadores, sorprende que coseche más audiencia en España que la mismísima ‘Broadchurch’, la serie de suspense de la cadena británica ITV que muestra con gran realismo la investigación de la muerte de un niño de 11 años en un pueblo costero, así como la desesperación de varios sospechosos y de los vecinos que conocían al chico. Cosas de la tele.
Y después del paréntesis televisivo de Semana Santa ahora tenemos que esperar unos días más para conocer el nombre del asesino. Cosas de Atresmedia. Mientras tanto, Ramón Campos y Teresa Fernández-Valdés, los productores ejecutivos de la serie, se frotan las manos por la audiencia conseguida con su drama policíaco.