Los ladrones que roban en camiones en marcha han vuelto a las andadas. Tras un periodo de inactividad que ha durado poco más de cinco años, los habilidosos delincuentes que se cuelgan de los remolques reaparecieron en febrero con una docena de asaltos de película en carreteras de Andalucía y Extremadura.
En la mayoría de los casos, los camioneros no descubrieron que faltaba parte de la carga hasta que llegaron a su destino y vieron que la puerta trasera del remolque estaba forzada. Los chóferes no entendían cómo alguien había logrado colarse en el tráiler mientras el vehículo circulaba por la autovía. El disco del tacómetro, que no registraba ninguna parada, prueba que el robo no fue perpetrado en una gasolinera o área de servicio, sino cuando el vehículo circulaba de noche.
Entre los años 2006 y 2009, una banda de delincuentes de Europa del Este asaltó medio centenar de camiones mientras circulaban por autovías y carreteras españolas, como la A3 o la Nacional 340, donde los semáforos de las travesías permiten a los ladrones utilizar su método delictivo con menor riesgo. También cometieron robos en la A-2 y A-23 a su paso por las provincias de Guadalajara y Zaragoza.
Los hábiles malhechores se colgaban de los remolques cuando el camión circulaba a escasa velocidad por una pendiente, como el viaducto de Buñol. En algunas ocasiones, dos automóviles de la banda adelantaban al camión, circulaban en zigzag y frenaban de forma paulatina hasta obligar al chófer a parar prácticamente el tráiler.
Y en ese preciso instante, otro ladrón que iba sobre el capó de un tercer coche, justo detrás del remolque, se enganchaba a la parte trasera del camión con arneses. Tras forzar la puerta con una pequeña radial, el individuo se introducía en el tráiler.
El camionero no descubría la maniobra delictiva porque centraba su atención en evitar un choque contra el automóvil o los automóviles que circulaban de forma temeraria por delante. Luego, los coches aceleraban y el transportista reanudaba la marcha sin detectar la presencia del ladrón dentro del remolque.
El delincuente registraba entonces toda la mercancía en busca de los paquetes más valiosos y los amontonaba en la parte trasera del tráiler. El siguiente paso era esperar a que el camión volviera a reducir su velocidad en otra pendiente como la del puerto de Contreras en la A-3. Entonces, el ladrón lanzaba los bultos a un coche descapotable que circulaba detrás. En otros casos, el malhechor bajaba del remolque con el botín tras verse obligado el camionero a detener el vehículo después de un nuevo acoso automovilístico.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil logró detener en febrero de 2011 a diez presuntos miembros de este grupo delictivo. Los investigadores les imputaron unos 50 robos en 12 provincias españolas. Dos hermanos rumanos eran los cabecillas de la banda. Ellos eran los especialistas en esta modalidad delictiva arraigada en Rumanía. Su principal objetivo eran los camiones que transportaban productos de electrónica o informática.
Estos delincuentes podrían haberse reorganizado tras pasar un tiempo entre rejas o podrían ser los mismos ladrones que cometieron un robo de película en enero de 2014 en Alemania. Una banda consiguió entonces un botín valorado en 70.000 euros al apoderarse de material de Apple que transportaba una camión desde los Países Bajos a la República Checa. Los ladrones utilizaron el mismo y peligroso método.