Por Javier Martínez (20-5-2010)
«Creía que esa noche iba a ‘mojar’ con la morena y la rubia, y acabé en el hospital». Con pocas palabras y mucha sinceridad explicó Paco D., de 29 años de edad, cómo le golpearon brutalmente unos ladrones tras ser seducido por dos atractivas jóvenes en un pub del barrio del Carmen, en Valencia. Los delincuentes le propinaron puñetazos en la cara hasta que cayó al suelo para robarle la cartera con unos 400 euros.
Minutos antes, las dos compinches de los agresores actuaron como gancho dentro del local de ocio. El reloj marcaba las dos y media de la madrugada del martes. «La morena era más bajita, pero estaba más cañón. Me dijo que acababa de cumplir 19 años y parecía que tenía ganas de fiesta», afirma la víctima con la cara todavía hinchada por la paliza. «Yo estaba tomando una copa en la barra con un amigo y fueron ellas las que se acercaron», añade.
Paco había consumido varios cubatas y no sospechó de las verdaderas intenciones de las dos chicas. «Me pidieron que les invitara a una copa y no paraban de sobarme», reconoce el joven. Después de media hora de coqueteo, las malhechoras convencieron a su víctima para salir del pub. Las armas que utilizaron fueron sus sonrisas cautivadoras, el alcohol y los escotes de vértigo que lucían.
Y la excusa no era otra que seguir la fiesta en la casa de las jóvenes. La proposición era irresistible para Paco, que picó el anzuelo. «Iba bastante pasado de cubatas, y pensé que a mi amigo no le importaría quedarse solo», sostiene. Cuando pasaban por un callejón poco iluminado, una de las ladronas le enseñó una teta. «No me lo podía creer. Así tan fácil y tan rápido», relata aún con incredulidad el joven.
«Creía que eran los novios»
Y lo que parecía una noche de lujuria se convirtió en pocos segundos en un violento atraco. De repente, dos jóvenes corpulentos salieron corriendo de la oscuridad de la noche y propinaron una brutal paliza a Paco. Las dos mujeres se escabulleron en un abrir y cerrar de ojos. «En un principio creía que eran los novios o unos primos de la chicas, pero me di cuenta en seguida de que querían robarme», asevera.
Tras golpear con sus puños al joven en la cabeza, los delincuentes le quitaron la cartera y huyeron. «Me levanté como pude y me tiré encima del camión de la basura para pedir socorro», asegura. Poco después, el barrio del Carmen se llenó de policías.
La víctima ingresó en el Hospital General. «Tenía la cara ensangrentada y desfigurada por los golpes», dice Paco. Mientras tanto, policías locales del retén del barrio del Carmen y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) capturaban en la calle Guillem de Castro a los agresores: dos jóvenes rumanos con antecedentes por atracos similares. Los delincuentes llevaban aún los nudillos manchados de sangre.
Horas después, la Policía Nacional arrestó a las dos cómplices tras ser identificadas en sendas fotografías por Paco. «No tengo la menor duda. Eran ellas», sentencia. «Estoy dando la cara porque quiero que cumplan la mayor pena de cárcel posible y no engañen a nadie más», alega la víctima, que también tuvo que dar explicaciones a su esposa.