La policía difundió en abril de este año cinco retratos robot de un fugitivo lituano acusado de haber asesinado a un juez de su país y a la sobrina de este. Los investigadores de la Policía Nacional sospechan que se ha refugiado en la Comunitat Valenciana.
Drasius Kedys, de 1,80 de estatura y complexión muy fuerte, suele frecuentar los gimnasios y podría estar viviendo en algún punto de la Costa Blanca. El doble crimen tuvo lugar el 5 de octubre de 2009 en la localidad lituana de Kaunas. Drasius tiroteó presuntamente al juez Jonas Furmanavicius, de 47 años, y a su sobrina, la joven Violeta Naruseviciene, de 29 años.
Tras fugarse de su país después del doble homicidio, la Fiscalía del Distrito de Kaunas cursó una orden europea de detención y entrega contra Drasius para su extradición. El caso está en manos del grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional (especialistas en la búsqueda de delincuentes huidos de sus países).
La Policía Nacional, que apela a la colaboración ciudadana para localizar al lituano, garantiza el completo anonimato de las personas que aporten pistas sobre el paradero del sospechoso.
El fugitivo cuenta con una página de apoyo en ‘Facebook’ y miles de admiradores. En Lituania son pocos los que no conocen el nombre de Drasius Kedys. Antes de cometer el crimen, el hombre denunció que su hija fue víctima de abusos sexuales.
Según los medios de comunicación que cubrieron el caso, la hija de Drasius, la pequeña Deimantela, de cuatro años, le contó que estaba sufriendo abusos sexuales. Los autores, según la menor, eran tres hombres que la visitaban en la casa de su madre: Andrius, Jonas y Aidas. Todos ellos, explicó, daban dinero a su progenitora para que la mujer hiciera la vista gorda y no denunciara la situación.
El padre, muy afectado, denunció los hechos y comenzó a investigar por su cuenta hasta poner nombre a dos de las personas de las que hablaba la menor: Andrius Usas, un portavoz del parlamento lituano, y el juez de Kaunas, Jonas Furmanavicius.
Drasius denunció sus averiguaciones a la prensa y colgó los resultados de las pesquisas en blogs de internet. Según su testimonio, la justicia de su país no hizo nada por perseguir a los culpables, pese a que la menor se ratificó en los interrogatorios policiales y varios psicólogos dictaminaron que la niña no mentía.
Ante los medios de comunicación, Drasius aseguró que su hija había sido víctima de una peligrosa trama de pederastas formada por políticos, jueces y miembros de altas esferas sociales. Denunció con vehemencia que el juez Jonas ni siquiera fue interrogado.
En la mañana del 5 de octubre de 2009, armado con una pistola, Drasius abatió presuntamente de cuatro tiros al magistrado en Kaunas. Se le acusa también de disparar a la sobrina de Jonas, la joven de 29 años Violeta Narusevicine. Según CroatianTimes.com, la hija de Drasius también le acusaba a ella de participar en los abusos.
Las características urbanísticas de la Comunitat Valenciana, con grandes urbanizaciones habitadas fundamentalmente por extranjeros, ofrecen a los delincuentes internacionales el anonimato y refugio ideal que buscan para pasar desapercibidos. La Costa Blanca se ha consolidado como uno de los escondites preferidos por los malhechores europeos que huyen de sus países para eludir largas penas de prisión.
Criminales de la guera de Bosnia, mafiosos italianos, terroristas rusos, pederastas europeos, sicarios colombianos, estafadores polacos, atracadores franceses, narcotraficantes británicos, proxenetas rumanos y hasta un torturador de la dictadura argentina. La lista es muy larga. Demasiado.