Dos prestigiosos forenses y el subdirector médico del centro penitenciario de Picassent coinciden al aseverar que no aprecian ningún trastorno mental grave en Francisco Planells, el hombre que mató a cuchilladas a tres de sus vecinos en la pedanía valenciana de Castellar. Los informes preliminares de los peritos aparecen en el sumario del triple crimen tras dos diligencias realizadas en diferentes momentos.
El primer reconocimiento está firmado por Juan Giner y Santiago Rincón, el subdirector del Instituto de Medicina Legal de Valencia y el jefe de servicio de la Clínica Médico Forense, respectivamente, con fecha 31 de octubre, tres días después de la matanza. Los forenses constataron que el asesino estaba orientado en espacio y tiempo y que su inteligencia y voluntad se encontraban dentro de los límites de la normalidad. El imputado estaba en condiciones de declarar ante el juez.
Tras escuchar su relato de los hechos y confesión durante cerca de media hora, el magistrado Juan Luis Beneyto decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza para Planells. También ordenó una serie de pruebas para determinar su estado mental en el momento de los acuchillamientos. Otra de las incógnitas que espera despejar el juez con las nuevos informes es la frecuencia del consumo de sustancias estupefacientes por parte del imputado.
¿Esnifaba cocaína de forma habitual o era un consumidor esporádico? La respuesta a esta pregunta, los exámenes psiquiátricos y la pureza de la droga podrían descartar la psicosis tóxica que algunos expertos creen que sufrió Planells. Las alteraciones de la percepción de tipo paranoide explicarían también la ausencia de un móvil en el triple crimen.
El asesino confeso de Castellar afirmó en su primera declaración ante la Guardia Civil que había consumido un gramo de cocaína y un quinto de cerveza. Su abogado de oficio estaba presente. Horas después, Planells manifestó ante el juez que había tomado siete u ocho cervezas (botellines) tras ser asistido por otro letrado.
Durante su estancia en el centro penitenciario de Picassent, el imputado ha sido sometido a varias pruebas psiquiátricas que descartan una patología aguda. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, las conclusiones de un segundo informe resuelven en el mismo sentido que lo hicieron los forenses del Instituto de Medicina Legal de Valencia. El preso no sufre trastornos mentales graves.
El examen, que está firmado por el subdirector médico de la cárcel, se encuentra ya en manos del juez. Los familiares y la esposa de Planells tampoco detectaron ningún comportamiento extraño del hombre de 33 años, excepto su adicción patológica a las máquinas tragaperras.
Ana G., la mujer del asesino, incluso declaró ante el juez que nuncia había visto tomar cocaína a su marido en los 16 años de matrimonio y noviazgo que llevaban juntos. También manifestó que la relación conyugal era buena y que Planells había superado ya la ludopatía. Sin embargo, varios testigos lo vieron jugar a dos máquinas tragaperras poco antes de que matara a cuchilladas a José Ramón, Héctor y Carmen. Del consumo de drogas tampoco hay la menor duda. El propio homicida explicó en su declaración que comenzó tomando cocaína en fiestas y extendió su consumo a algunos fines de semana.