Esto es un español, un italiano y un marroquí que planean secuestrar a un expresidente del Valencia, y un conocido de ellos se chiva a la policía. La trama delictiva lleva camino de convertirse en un chiste sin gracia. Si no fuera por la gravedad de los hechos y las penas de cárcel a las que se enfrentan los implicados, entre tres y seis años de prisión, la chapuza de plan parece el argumento de una película cómica: ‘Secuestro a la española’.
Juan Bautista Soler Luján (Valencia, 1956) es el actor principal, un exmillonario cándido que quería recuperar el dinero que presuntamente le estafaron: 85 millones de euros. El papel de víctima, que no es tan víctima, está representado por Vicente Soriano Serra (Puzol, 1953), un promotor e inversor inmobiliario que comenzó exportando cítricos y terminó como intermediando en la compra de terrenos y representante de grandes grupos inversionistas.
La truculenta historia comenzó a fraguarse en los años 2008 y 2009 tras la deuda que Soriano contrajo con Soler por la compra de su paquete de acciones en la frustrada llegada de Inversiones Dalport al Valencia CF, club que ambos presidieron. El Tribunal Supremo dio la razón a Soler en 2013 y confirmó que Soriano y Dalport tenían que pagarle 39 millones de euros por incumplimiento de contrato. Con anterioridad, el alto tribunal había condenado también a Soriano y al grupo inversor a pagar 20 millones de euros a Soler por impago del primero de los cuatro pagarés por la venta de acciones del club.
Pero Soriano se declara insolvente y dice que no tiene ni un duro. Tras la supuesta incapacidad del deudor para pagar, la víctima, en este caso Soler, parece que pierde la esperanza de recuperar algún día sus millones. Y comienza la trama delictiva. Primero encargan a un detective un informe sobre el patrimonio de Soriano y las cuentas bancarias que podría tener en otros países, luego planean el secuestro y, por último, contactan con una persona para que busque a dos hombres, sin escrúpulos, que se atrevan a raptar a Soriano con la intención de amenazarlo para que haga una transferencia bancaria. Casi nada. Una trama muy complicada para botarates que no tienen experiencia delictiva.
Los implicados se lo pusieron muy fácil a la policía. Uno de ellos cantó por soleares. Confesó y colaboró. Luego había que identificar a todos los actores de la película y proteger al mismo tiempo a Soriano para que no se repitiera el caso de Paco González, cuya mujer e hija fueron apuñaladas a pesar de que un mendigo avisó a las autoridades de que alguien planeaba matar a la esposa del periodista radiofónico. Desde el principio, la Jefatura Superior de Policía de Valencia se marcó un doble objetivo: salvaguardar a Soriano y obtener suficientes pruebas, entre las que se encuentran la grabación de una reunión de los implicados, para demostrar la organización criminal auspiciada por Soler.
Tras las investigaciones y seguimientos a los sospechosos, la policía detuvo a Juan Soler, el restaurador iltaliano Ciro d’Anna y el empresario marroquí Abdellatif Laaroubi, conocido como ‘Tati’ en el mundillo de la noche valenciana. Los tres fueron imputados en una causa abierta por un delito de secuestro en grado de tentativa. Y los tres quedaron en libertad con cargos tras acogerse a su derecho de no declarar ante el juez. Según las investigaciones, el plan consistía en encargar el secuestro a dos delincuentes colombianos (aunque la policía no ha podido identificarlos), trasladar a Soriano a Francia en el maletero de un coche y obligarle a hacer una transferencia bancaria. Ahora se duda incluso de la existencia de los captores colombianos en el supuesto caso de que el organizador del rapto hubiese intentado engañar a Soler para quedarse con el dinero que iban a pagar a los secuestradores.
Y el cuarto implicado en la rocambolesca trama es el prestigioso abogado Juan Carlos Navarro, letrado en Valencia de Francisco Correa, el cabecilla de la trama Gürtel. Navarro fue citado en dependencias policiales como imputado, aunque se acogió también a su derecho a no declarar hasta que se levante el secreto de sumario. Y cuando todos callan y eligen la misma estrategia de guardar silencio, entonces entra en escena el detective Juan de Dios Vargas y anuncia que tiene ganas de hablar con el juez. El investigador privado realizó un informe, por encargo de Soler, sobre el patrimonio y las empresas de Soriano, pero asegura que no conocía el plan del secuestro.
La parte cómica de esta historia, con todos mis respetos para el señor Soriano, me recuerda a una película del director Mateo Cano con Esperanza Roy y Quique Camoiras como actores principales. En ‘Secuesto a la española’ , en plena temporada turística de Torremolinos, tres pillos hacen su agosto robando a los turistas para poder mantener a sus familias. Pero se les presenta la oportunidad de cometer un golpe importante e intentan perpetrarlo a pesar de la multitud de problemas que surgen. Salvando las diferencias, la trama del secuestro de Soler también cuenta con listillos que jugaron a ser delincuentes. Y demostraron que eran botarates.