James Cameron es un buen director, solvente. Probablemente actualmente sea uno de los mejores rodando escenas de acción. Pero creo que es uno de los más sobrevalorados. Empezó su carrera con ‘Terminator‘, rodada con un presupuesto ínfimo y una de las obras maestras de la ciencia ficción. Con ella pasó a ser pionero en una temática plenamente vigente: la relación del hombre con las máquinas. Es considerado como uno de los directores que junto a Ridley Scott, George Lucas o el propio Spielberg, entre otros, contribuyó a cambiar el concepto de la ciencia ficción en los 80. Pero con el tiempo no ha sido capaz de mantener el nivel. Sólo su ansia de triunfo, de reivindicarse como uno de los grandes, unos presupuestos desmesurados, campañas de marketing perfectamente orquestadas, el recurso a la espectacularidad con proyectos casi megalónamos y a las nuevas tecnologías le ha dotado de un halo de creador que sus obras no merecen.