La política ha sido un tema que nutrido al cine. Pero es un maridaje que en los últimos años ha ido a más. El logro del poder por el poder, convertido casi en ideología única, junto con la corrupción y lo fácil que es manipular a las masas son algunos de los campos en los que ahonda ahora el género político. Ha evolucionado desde la denuncia de la falta de libertades y de los desmanes de regímenes dictatoriales a poner en evidencia fenómenos que degradan la confianza en las instituciones democráticas y facilitan el auge de populismos y movimientos que sólo buscan poder. El Séptimo Arte ya ha denunciado, de esta forma, fenómenos como el de Podemos, o similares, que se limitan a aprovecharse del descontento para controlar las instituciones a cualquier precio a través de la manipulación del electorado con propuestas falsas, pero muy atractivas.