Esta semana leí un artículo que me impactó tanto que no he podido dejar de pensar en él, en diferentes ocasiones, toda la semana. Quiero compartir con vosotras una reflexión que sé que nos tiene a las madres del mundo divididas.
Parece que en las formas actuales de educación de nuestros hijos, sobre todo en sus primeros meses o años, existen dos corrientes mayoritarias y claramente opuestas entre sí, siendo una de ellas el “Método Estivill”. Muchas han sido seguidoras del método y otras (como yo) siempre lo hemos visto como una barbaridad. Hasta ahora no tenía argumentos para desmontar estas pautas para el sueño del bebé cuando me decían que era maravilloso. Únicamente podía decir que yo era incapaz de dejar llorar a mi bebé 30 minutos sólo porque entendía que no debía ser bueno para él y porque me descomponía por dentro al verlo sufrir. Hoy, por fin, podemos afirmar no sólo que el método no funciona, sino que además tiene consecuencias negativas. El artículo del cual os hablo y que vi en el muro de una amiga en redes sociales (¡gracias Ainhoa por compartirlo!), citaba que:
“Tras tres días de adiestramiento los bebés ya no lloraban cuando se les dejaba solos, pero los niveles de cortisol (la hormona del estrés) eran tan altos como el primer día (en el que sí lloraban). Por el contrario, en las madres sí se producía una disminución de cortisol al tercer día, comparado con el primero. O sea, las madres, al ver que el bebé ya no lloraba, ya no se estresaban. Pero el bebé, aunque ya no lloraba, seguía sufriendo.” (María Berrozpe, autora del «Debate Científico sobre la realidad del Sueño Infantil») Podéis seguir leyendo aquí: http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20140125/abci-dormir-nino-llorar-201401231317.html)
Cuando vi esto, no podía seguir leyendo sólo de pensar cuantos bebés habrán pasado, o estarán pasando, por ese sufrimiento sin que sus padres ni siquiera sepan que eso está ocurriendo.
No voy a entrar a debatir sobre técnicas o métodos, ya que no tengo competencias para hacerlo. No soy seguidora de ninguna corriente en concreto, ni del Dr. Estivill, ni del colecho, pero creo que estamos perdiendo un poco el norte a la hora de tratar a nuestros hijos. Los bebés no se “adiestran” como citan algunos. No soy partidaria de dejar de ser mujer o profesional cuando das a luz para convertirte únicamente en madre, pero lo que está claro, y me reivindico en lo que hablamos la semana pasada, es que hay etapas para todo y en los primeros meses de vida de un niño nos necesita y mucho. Queremos tener bebés y que no lloren. Queremos tener hijos y que no molesten.. Si no lloraran, si no nos quitaran tiempo (sobre todo cuando queremos hacer algo y se nos va complicando el día hasta que acaba y lo único que hemos hecho es atenderles), no habría lugar a desarrollar esa unión tan especial que tenemos con ellos. No podemos achucharlos cuando tenemos un ratito libre y dejarlos llorar para “adiestrarlos” cuando queremos dormir o no nos viene bien. Démonos cuenta de que somos privilegiados de tener la oportunidad de poder criar a una personita y ayudémosle a formar su carácter con el mayor cariño posible. La vida ya es demasiado dura y en el futuro ya se encargará ella misma de “adiestrarlos” sin remedio. El tiempo que nos toque a nosotras, eduquémosles con cariño, siendo firmes y enseñándoles lo que está bien y lo que no. Hagamos que crezcan sanos, pero también seguros de sentirse importantes para nosotros.
Eso las mamás de Mamás en Acción lo tenemos claro y ese es el motivo que nos mueve en nuestra misión. Crecer sintiéndote querido es el mejor regalo. Ese sí es un regalo para toda la vida (como dice mi querido Carlos González).
Buen fin de semana, queridas amigas.
http://mamasenaccion.es/
https://www.facebook.com/mamaenaccion
@mamisenaccion