La forma escogida por la policía de Paterna para protestar por su bajada de sueldo es una versión actualizada de la huelga a la japonesa. Ésta consiste en trabajar al máximo de la propia capacidad de modo que el funcionamiento óptimo del sistema consiga bloquearlo.
Es lo que dicen que han hecho alguna vez los pilotos de aeronaves cuando deciden ser terriblemente escrupulosos con el cumplimiento del reglamento y logran así que todo se ralentice hasta límites exasperantes para el pasajero.
La versión renovada a la que me refiero tiene el factor “crisis” incluido en su modo de proceder. Eso significa que si una huelga a la japonesa de la policía supone extremar la vigilancia para prevenir o perseguir el crimen, las telarañas de las arcas municipales acentúan el interés recaudatorio de esta huelga.
Eso es lo que parece que se ha propuesto la Policía de Paterna al anunciar que su forma de protesta por los recortes será multar un 70% más. O sea, hacer que se cumplan las ordenanzas municipales sin perdonar a nadie. La pregunta, sin duda, es ¿por qué no multan a todos esos si están cometiendo una infracción y, al parecer, lo sabe la policía pero no actúa?
La iniciativa tiene, al menos, dos elementos preocupantes: el primero, que un escrupuloso trabajo por parte de la policía daría de sí un mejor funcionamiento de la ciudad y más dinero a las arcas del Ayuntamiento. Dinero justamente recaudado si nos atenemos a la explicación que han dado los convocantes: multarán a los que estén mal aparcados o en doble fila.
El segundo elemento es aquel que convierte en un triángulo poco amoroso la protesta de un colectivo profesional. Es verdad que no son los únicos que eligen a la ciudadanía como sparring para sus reivindicaciones. Lo vemos, precisamente, entre los pilotos antes mencionados. (¿O hace mucho que no lo vemos y tiene algo que ver en eso el expeditivo ministro de Fomento?).
Sin embargo, este caso es distinto. No se trata de que su falta de trabajo perjudique, como entre los pasajeros de avión, sino que lo hace su trabajo bien hecho. Curioso.