La verdad es que no sé qué prometer si España gana el Mundial. En tesituras como ésta hay quien asegura que se rapará la cabeza, que se la teñirá de azul o que se tatuará ‘Paul, mon amour’ en la nalga derecha. Yo, en cambio, no me veo haciendo nada de eso, ni mucho menos un tatuaje. No es por falta de aprecio al pulpo Paul sino porque llevar un cefalópodo en el trasero parece una invitación al «sírvase usted mismo» que no estoy dispuesta a promover.

Además, la promesas grandilocuentes son más propias del comienzo del campeonato, cuando no se sabe qué va a ocurrir. Ahora, con la altísima probabilidad de que se cumpla el pronóstico del pulpo más amado en la Península, no me arriesgaría demasiado.

Hay una opción muy popular en estos días de modelos con ganas de exhibicionismo barato. Me refiero a desnudarse, como aseguró que iba a hacerlo la paraguaya Larissa Riquelme si ganaba su país y ha terminado haciendo a pesar de no ganar. También lo dijo Maradona pero ése ni es modelo ni ha tenido necesidad de cumplir. Afortunadamente, Del Bosque es mucho más recatado y lo único que prometió es hacer lo posible por ganar. Y ha cumplido.

Todas éstas tienen que ver con combinados que ya están de vuelta. No es lo mismo que Holanda, una tierra famosa por sus coffee shop y sus escaparates, cuya promoción están trabajando y mucho las pornostars que han prometido sexo oral universal e indiscriminado si su equipo gana el domingo a España. ¡Yo creo que solo por eso deberían esforzarse nuestros chicos: por la decencia de Europa!

En mi caso tengo que descartarlo. No me acaba de motivar. Por algo me dedico a esto y no al porno. Ahora, si se trata de escoger una promesa por afinidad laboral y para autopromoción, debería prometer una columna dedicada al fútbol. Pero tampoco resultaría convincente. Ya van varias, contra todo pronóstico. Incluso hay quien me ha reprochado: «¡que tengamos que llegar a una final del Mundial para que te intereses por el fútbol!». Pues sí. Pero no prometo nada en el futuro.