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María José Pou

iPou 3.0

Voto a Paul

Me alegra no tener que ir a votar mañana. Y que no me pregunten los del CIS porque les diré que voto a Paul. Al menos él trabaja, promete y cumple. Y encima se jubila a una edad tardía porque dicen que los pulpos viven tres años y él ya lleva dos y medio en activo. No sé cómo a estas alturas no se le ha ido la cabeza y ha dicho que la final del Mundial la ganaba Gasol. Es lo mínimo que se le puede pedir a un cefalópodo zíngaro en edad de chochear y sometido al estrés de la fama.

No es que yo suela votar a los pulpos. No al menos a los que no han demostrado disposición para ser aderezados con patata y pimentón. Pero después de ver el debate del estado de la desazón, digo, de la nación, no me quedan ganas más que de irme, como hice ayer, a tomar una horchata a la fresca.

No lo digo por Zapatero y Rajoy, dos líderes de la oposición enfrentados con pilas duracell, que duran y duran para repetir lo dicho una y otra vez. La oposición popular renegando del gobierno Zapatero y la socialista, del gobierno Aznar. De éstos ya no espero mucho.

Lo que me avergonzó no fueron los líderes sino sus corifeos respectivos. ¡Vaya pandilla! Si se llamaran ‘Van Martínez’ y vistieran de naranja, diría que eran holandeses. Por las patadas y el estilo bronco, quiero decir.

Verlos a todos sentados en el hemiciclo, con aire acondicionado, móvil y ordenador pagado por nosotros -y algunos con hotel a coste cero- mientras se limitaban a aplaudir o a abuchear a sus respectivos, me produjo una subida de ácidos con la que podría coronar el Tourmalet. Mientras, los españolitos de a pie sacamos adelante este país por la décima parte de su sueldo, el doble de calor, el triple de inseguridad laboral y mucha menos juerga.

Después de lo de ayer, que no me pregunte el CIS porque le diré que ya tengo decidido mi voto. Sí. A ninguno de todos esos caraduras sentados en Madrid. Yo voto a Paul.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.