No es habitual que un trabajador se meta con su jefe en público. No, al menos, de forma manifiesta y firmada, con nombres y apellidos. Lo normal es que se critique haciendo uso del anonimato o, en todo caso, de la metáfora, la ironía o el juego de palabras para no alterar la vara de mando y que se torne dañina.

Por eso me ha sorprendido la reacción de Morgan Fischer, comandante de la aerolínea Ryanair, que ha propuesto cambiar al presidente de la compañía, Michael O’Leary, por un auxiliar de vuelo, tras su propuesta de dejar que sus aviones vuelen con un solo piloto.

Si el objetivo es ahorrar, dice Fischer, más se ahorraría en sueldos, beneficios y prebendas si el máximo directivo de su empresa fuera un auxiliar. Ante una declaración de ese tipo, lo normal sería un despido fulminante, sin embargo, O’Leary se lo ha tomado con humor y ha dicho que sin duda un auxiliar sería más atractivo que él. De un plumazo se ha enemistado no solo con los pilotos sino también con los auxiliares, aunque no parece que le importe.

La cuestión es que la crisis nos está llevando al otro extremo del péndulo entre el derroche y el ahorro. Hace cinco años no hacía falta medir lo necesario y ahorrar lo sobrante; ahora, hasta lo imprescindible se pone en duda.

En ese entorno, Esperanza Aguirre propone recortar liberados sindicales; O’Leary, pilotos en los aviones y Fischer, jefes con propuestas inconvenientes o estúpidas. Es el espíritu del mínimo esfuerzo económico que bien podría aplicarse al contexto político.

En el fondo muchos de nuestros políticos -por no decir la mayoría- son también liberados pero de otro tipo. No sindicales, pero sí políticos. Están en el Parlamento para vivir del cuento sin pegar ni golpe. No digo que lo sean todos, como tampoco todos los liberados sindicales son unos caraduras, pero haberlos haylos.

Además, si los aviones pueden volar con un solo piloto ¿cómo no va a marchar este país con 170 diputados en lugar de 350? ¿O cambiando al Presidente por un parado en formación? Jugándose el pan, seguro que se lo toma en serio.