Hoy se cumplen 70 años de la primera interpretación del ‘Concierto de Aranjuez’. Dicen que es la obra más internacional de la música española. Y lo mejor es que es de un valenciano. Ustedes perdonen el tópico pero ¿podría ser de otro? «¡Valenciano tenía que ser!», es lo que único que me falta decir.
Si lo presento como tópico no es porque me desagrade, todo lo contrario. Me enorgullece y, como melómana que soy, me encanta saber que ‘música’ y ‘Valencia’ son inseparables.
Si hablo de tópico es porque me pregunto si en Valencia la vocación musical puede desarrollarse por completo; si la creatividad artística que se presenta en forma de interpretación coral o instrumental tiene todo el apoyo que merece la calidad ancestral de nuestra tierra. Si cuidamos a nuestros genios como otros hacen con os deportistas de élite. En una palabra, si para volver a tener un genio de la altura del maestro Rodrigo hemos de esperar no 70 sino 100 o 200 años.
Lo cuestiono porque me llama poderosamente la atención que algunos de los nombres que encarnan la programación musical de nuestros auditorios no son valencianos. No defiendo el chauvinismo extremo que rechaza a un Lorin Maazel. En absoluto. Lo que esperamos todos es la calidad y si ésta se halla fuera de aquí hay que buscarla allá donde esté. La pregunta es, de nuevo, la situación de la música valenciana. Si la calidad está fuera habrá que hacerse preguntas.
No basta con sentirse satisfecho porque en cada localidad de la Comunidad Valenciana hay una banda capaz de competir con las mejores y, lo que es más importante, capaz de cultivar el amor a la música en cada joven y niño de la tierra. Yo misma hubiera querido nacer en un pueblo en lugar de haberlo hecho en la capital entre otras cosas para haber podido pertenecer a una banda.
La pregunta es si será suficiente con la posibilidad presentada ayer por el presidente del Consell, de que los alumnos del Conservatorio puedan compatibilizar sus estudios musicales y los obligatorios. Es una buena opción. Falta saber ahora si responderá a lo que necesitan los futuros maestros.