“Una vez descubiertos éstos (sic) traidores, debéis denunciarlos en las asambleas ante todos y expulsarlos sin ningún reparo de que sea antidemocrático, lo realmente antidemocrático es lo que hacen estos traidores del Pueblo». La frase podría haberse extraído de un manual de las SS o de la Stasi pero no. Procede de un grupo de acampados en la Puerta del Sol.

Con esos «traidores» se refieren a la existencia de infiltrados del CNI en las asambleas ciudadanas. No está confirmado (¿cómo hacerlo?) pero no es descabellado pensar que el gobierno envíe agentes de su servicio de inteligencia a conocer cómo se gesta y adónde va un movimiento que no controla.

Tampoco es deseable pero sí razonable que tengan instrucciones para desactivar la iniciativa y de eso se quejan los acampados pero ¿cómo saber si no hay también otros grupos detrás intentando llevar las asambleas por donde quieren? Puede suceder lo mismo en sentido opuesto con otros intereses que no son la seguridad nacional.

En cualquier caso no veo la preocupación si están convencidos de sus reivindicaciones. Si es así, no les llevarán a pensar lo contrario por mucho que se empeñen unos tipos concretos.

Lo que llama la atención es el modo de desenmascararlos, que recuerda demasiado a épocas pasadas, en las que el mundo se dividía entre ‘nosotros’ y ‘ellos’ y, por tanto, había que delatar al traidor.

Así lo indican las pautas dadas para detectarlos: «Van vestidos de forma moderna o clásica sencilla pero su cara y los gestos que ésta representa los delatan como personas nada tranquilas ni pacíficas» o bien: «son sociables pero siempre tratan de imponer su punto de vista intentando convencer de asuntos que de primera no suenan nada claros ni congruentes». Y yo me pregunto ¿estas descripciones no podrían hablar de un ciudadano normal y corriente? Peligroso es que haya infiltrados pero peor es la caza de brujas a lo McCarthy.

Actualización: el CNI niega estar realizando estas vigilancias