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María José Pou

iPou 3.0

Pitufos en Moncloa

Ayer, por fin, entendí la EPA que nos anunció el descenso del número de parados. Y no lo conseguí por ciencia infusa, ni estudios sesudos ni un profesor particular que me lo explicara en tres tardes como a Zapatero. No.

La entendí por el fontanero. No es economista ni trabaja para el Banco Mundial. Es fontanero. Y vino a arreglar la cisterna. Era viernes por la tarde. 29 de julio. Inicio de las vacaciones para medio país.

Casi no me lo creía y cuando le dije: «menos mal, siendo el día que era creí que ya no venía», me contestó: «y en agosto también». Eso es la EPA. Si puedes trabajar, trabajas. Aunque sea viernes, cuatro de la tarde, 35 grados a la sombra o comience la operación salida. Para él, ayer no había más salida que la de acudir a una avería. La de ganarse el jornal. Esa es la realidad de este país aunque los informativos nos saquen yates de lujo en Mallorca.

Así que yo, relajada por haber logrado un imposible, me senté a escribir sobre la convocatoria electoral de Zapatero no si antes ponerme una horchatita fresca para endulzar la noticia.

Y esas circunstancias, a un paso del relax estival, con un farton borracho de chufa en la mano y con el problema doméstico arreglado pensé ¿de verdad tengo que hablar de esto? Sobre todo, porque vamos a estar comentándolo durante meses. Para entendernos, hablaremos del derby Rubalcaba-Rajoy en bañador, en vaqueros, con rebequita de final de agosto, con cazadora fina, con colcha de verano, con mantita ligera, con nórdico, con chanclas, con zapato cerrado, con botas y hasta con calcetines gordos y bufanda. O sea, una ¡jartà!

Y mientras algunos creen que el 20-N es una fecha estratégica, yo les digo que esa fue la de ayer. ¿No se lo creen? ¿Me van a decir que es casualidad que se convoquen elecciones cuyos augurios dan la victoria al PP mientras los pitufos llegan a la pantalla en 3D? ¡Venga ya! Si hasta lo dice un anuncio: think blue.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.