>

Blogs

María José Pou

iPou 3.0

El hambre de los mercados

Alertaron de ello las oenegés que trabajan con los más pobres. La crisis podía hacernos olvidar que en otros lugares, a veces en el barrio de al lado, hay gente que pasa necesidad cuando no se muere de hambre literalmente.

Nos habíamos creído que eso del hambre estaba superado. Que eran cosas del pasado, de la hucha del Domund con la cabeza del negrito y de reportaje de premio en televisión. Llegamos a pensar, incluso, que éramos capaces de acabar con esa ‘vergüenza’ porque año tras año quienes sabían decían que estábamos más cerca de conseguir uno de los objetivos de desarrollo del milenio, el de erradicar el hambre y la pobreza extrema.

Y de pronto nos llegó la imagen del Cuerno de África. Y digo la imagen porque hasta que ésa no nos impacta no sabemos/no contestamos. Volvieron los niños famélicos llenos de moscas a estropearnos la comida durante el telediario. La reacción fue inmediata. No me refiero solo a apretar el botón del mando a distancia para cambiar esa estampa por una teleserie llena de risas enlatadas y candor artificial. Hablo del rechazo. Del «bastante tengo yo con lo que tengo».

Y es cierto. Bastante tiene el parado con buscarse la chapuza cuando se acaba la prestación. O el jubilado con estirar la pensión, como solo un superviviente de la posguerra sabe hacer, para acoger bajo su manto a hija, yerno y tres churumbeles.

Pareciera que a ésos no se les pudiera hablar de 0’7% ¿Alguien lo recuerda? Fue en tiempos de bonanza cuando dar esa ‘mijilla’ no descalabraba el presupuesto. Y a todos se nos llenaba la boca con el 0’7%. Ahora el presupuesto y las cuentas propias están en ruinas de modo que toda piedra hace pared y se necesita para sustentar los cimientos de una civilización empeñada en no reconocer que su forma de vida se ha hundido.

Ahora ni siquiera las oenegés hablan del 0’7. Y si lo hacen, miramos hacia otra parte. Pensamos que lo nuestro sí es necesidad y lo del hambre africana es responsabilidad de otros. De los corruptos que se llevan lo que tienen esos países para salir adelante. Es cierto. Se lo llevan. Europa se lo está llevando, como hizo en el XIX. Así lo reflejaba el reportaje publicado en este diario el domingo pasado. Empresas europeas están comprando la tierra palmo a palmo.

Mientras tanto nuestros líderes se reunirán de urgencia para hablar de la deuda y dejarán Somalia para final de mes. No corre prisa. Conviene antes alimentar a los mercados que a los niños africanos. No me indigno. Directamente escupo sobre el sistema.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.


agosto 2011
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031