Han sido rápidos. Me refiero a los directivos de Panrico que, tras conocer el malestar generado por el eslogan «a pedir, al metro» para vender Donettes lo han retirado y han pedido disculpas. La frase no era la única sino que se alternaba con otras cuyo leit motiv era la importancia de ahuyentar al amigo gorrón que nos deja sin el placer de los Donettes. Pero una cosa es el amiguete que pide un cigarro o un dulce y otra, muy distinta, el ‘sin techo’ que pide para comer.

A mí me gustaría que también la Mercedes Benz fuera eficaz en revisar una de sus cuñas radiofónicas que he tenido ocasión de escuchar. En ella, el lema principal es que el vehículo anunciado, la Mercedes Vito, es «el trabajador perfecto». Primero es cierto que se refiere al «socio perfecto» y ahí no pondría yo pegas, pero luego cambia y termina hablando del «empleado perfecto», «el trabajador con el que todo empresario sueña» cuyo perfil, según dice el anuncio, incluye que «jamás pide una baja ni un ascenso, está a disposición de la empresa 24 horas al día, siete días a la semana».

La primera vez que lo escuché pensé en que lo había entendido mal pero no, el primer rasgo que se señala es ése: jamás pide una baja. Entiendo que para un empleador es mejor que sus trabajadores no estén de baja pero caer enfermo o sufrir un accidente no hace al trabajador imperfecto sino humano. Una baja no hace peor a un trabajador puesto que, salvo sinvergüenzas, recurre a ella por algo que él mismo preferiría evitar: su mal. Lo que subyace, pues, a esa perspectiva es perverso. Da por hecho que un trabajador puede no tomarse una baja, incita a ello, valora esa actitud y la premia. Por no hablar de la esclavitud de 24 horas 7 días a la semana.

No sé qué pensarán los sindicatos de esto pero merecería una campaña similar a la desarrollada en Twitter por el valenciano Xavi Calvo que se escandalizó con los Donettes y lo hizo saber.