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María José Pou

iPou 3.0

La respuesta conocida

La respuesta socialista. Ése era el lema del 38º Congreso del PSOE. Y ¿cuál es la respuesta socialista? “Game over”. Empecemos de nuevo. Como los niños: “no se me vale”, cuando ensayan y les sale mal. Y otra vez a cantar desde la primera estrofa.

Así es el PSOE de hoy. El mismo que el de ayer. Con más canas, más experiencia y esperemos que más sabiduría. En definitiva, el que han querido sus delegaciones, que es lo importante.

Con la victoria de Rubalcaba se ha cerrado una herida, aunque pueden haberse abierto otras. Me refiero a la retirada forzosa de Carme Chacón en unas deseadas primarias para elegir el candidato. Tenían que haberle dejado. Siempre le hubieran podido achacar a ella el desastre y Rubalcaba hubiera vuelto como el salvador que nunca debió perder.

Ahora lo mismo da. Hay un partido aparentemente dividido y esperemos que tenga suficiente músculo para hacer como el Partido Demócrata norteamericano y el propio Obama: poniendo a Hillary en su equipo y de forma destacada. Nada menos que Secretaria de Estado.

Lo espero no solo por la tranquilidad de los socialistas sino también por la labor de oposición que tanta falta le hace a un gobierno con mayoría absoluta. Siempre es necesario pero más en circunstancias como ésta.

Sin embargo, los dos candidatos estaban “tocados” para esa tarea. Ambos habían ejercido de mano derecha de Zapatero; una, a su imagen y semejanza; el otro, sabiendo situarse para nublar el ZP más peligroso.

Hoy comienza una nueva etapa, pero los espectros de Almunia y Borrell me dicen que no veremos a Rubalcaba liderando al partido hasta un nuevo 20-N. Si lo hiciera y perdiera habría que recordarle la mofa que él hizo de Rajoy como el perdedor eterno.

Quizá lo hagan los perdedores de ayer. Casi la mitad de un partido que se ha visto obligado a elegir entre el pasado cercano y el pasado lejano. Entre el recuerdo del éxito ochentero y el fracaso reciente.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.