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María José Pou

iPou 3.0

Brotes, rayos y centellas

Hubo un tiempo en que Elena Salgado veía “brotes verdes” en la economía patria. Todos nos asustamos de aquello porque buscábamos y lo único que aparecían eran raíces secas y chamuscadas por el sol. De brotes verdes, ni el intento.

Ahora, De Guindos ya ha acuñado su propia expresión “flower power” anunciando que divisa “rayos de esperanza”. Ya no son brotes, son rayos, y ya no es reverdecer sino darnos esperanza. Pero en el fondo suena a pronóstico balsámico similar al anterior.

Es cierto que la situación no es la misma. Entonces no se habían hecho reformas para cambiar las cosas y ahora, sí, pero, cuando lo anunció Salgado, España no parecía tan al borde del abismo como ahora. Y lo que es más importante, entonces podía no haber brotes verdes porque los ciudadanos no estábamos tan ahogados en funestos presagios como hoy. Si ahora no tenemos algún motivo para la esperanza, no habrá quien lo resista.

Eso es lo que me temo yo. No que no se estén dando pasos en la buena dirección sino que algunos no lleguen a verlo. Y para eso es necesario cambiar el mensaje. Esa es la sospecha que tengo: el mantra gubernamental ha cambiado.

En los primeros días, dada la herencia, la estrategia o ambas, era necesario decir que venía el Apocalipsis. A ello se dedicó Rajoy junto con su vicepresidenta y ministros de Economía, Hacienda y Empleo. El mensaje era terrible: sangre, sudor y lágrimas. Se trataba de preparar a la ciudadanía para las medidas que iban a empezar a tomar.

Sin embargo, en estos momentos de copagos, peajes, reducción de servicios, bajada de sueldos y subida de impuestos, la víctima empieza a dar síntomas de asfixia. Hay que aflojar o se nos va en el intento. Por eso han introducido un hilo argumental basado en la esperanza. ¡Si hasta TVE va a homenajear a Gila bajo el lema “Arriba ese ánimo”!

La esperanza es lo ultimo que se pierde y un rayo, lo último que se ve del sol cuando se va.

Enviado desde Khotont, Mongolia.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.