Vamos a tener nuevos billetes en breve. Es una decisión del Banco Central Europeo que ve conveniente renovarlos para dificultar las falsificaciones.
Para diferenciarlos de los anteriores bastará con ver la marca de agua o el holograma en los nuevos documentos de pago que mostrarán otro retrato, en este caso, el de Europa, la doncella Europa.
No sé si es que no encuentran demasiadas referencias comunes que no levanten suspicacias o animadversión entre países o que han considerado adecuado dedicar una serie a la mujer que da nombre al continente. En cualquier caso se trata de una mujer forzada y sometida bajo engaño, la más evidente metáfora de lo que estamos viviendo.
Europa fue raptada; fue arrancada de su tierra a la fuerza con la finalidad de ser violada. Es cierto que el mito cuenta que Zeus la sedujo y que, al parecer, la unión carnal fue placentera para ambos pero ¿tenía Europa otra opción que relajarse y disfrutar?
Europa no sabía qué ocultaba el toro blanco que se le acercó. Desconocía qué iba a ocurrir al montarlo y quedó aterrorizada al ver que alzaba el vuelo y la llevaba lejos de los suyos. Europa vivió el pánico y la manipulación, para terminar en brazos de Zeus.
Quizás algunas la envidiaron. Fue poseída por un dios. Sin embargo, aquello fue un abuso que determinó su vida. Así está Europa hoy. Sometida por el toro blanco de los mercados que intentan engatusarla todos los días haciéndole creer que cabalgarlos no tendrá consecuencias ni será una mala experiencia. Una vez subida a su lomo, es llevada por sorpresa a un terreno desconocido donde dar rienda suelta a los instintos de su raptor.
Después llega Merkel, la cuatrera, y nos convence de que es por nuestro bien… y hasta nos ha gustado. ¡Es el propio Zeus quien nos ha escogido! Pero todo el oropel y el relato mítico no disfrazan la verdad. Europa está siendo violada. Los billetes nos lo recordarán día a día.