Al parecer no soy la única que ha visto cierta burbuja universitaria que está reventando, desgraciadamente, en la cara de los estudiantes. Así lo contempla también un grupo de graduados norteamericanos que va a demandar a sus universidades por haberle defraudado como lo hacen algunos comercios con publicidad engañosa. Alega que han distorsionado los datos de estudiantes que habían encontrado trabajo una vez licenciados, haciéndoles creer que eran más altos de los que en realidad eran.
Lo dicen muchos que han acabado vendiendo ropa en grandes almacenes.
Se nota que es el contexto norteamericano donde las demandas y los abogados picapleitos están a la orden del día. Muchos licenciados españoles se darían con un canto en los dientes si tuvieran un puesto de doblador de camisas en cualquier establecimiento.
El caso, sin duda, es extremo y no responde a la realidad de nuestro país. Lo que me planteo yo todos los días es algo distinto. ¿Qué grado de responsabilidad tienen autoridades políticas y universitarias en el superávit de licenciados en áreas donde no hay salidas laborales? Ya sé que a nadie se le obliga a estudiar una carrera y que muchos lo hacen por pura vocación. Si a alguien le entusiasma la Historia del Arte ¿por qué no va a estudiarla aunque sepa que no hay trabajo inmediato?
La cuestión es la desregulación del mapa de titulaciones tantas veces cacareado y tantas aparcado. Si en un área no hay salida ¿es lícito estar sacando a la calle a decenas de licenciados todos los días? ¿Lo es crear nuevas universidades o poner en marcha carreras sabiendo que no van a colocarse?
Se podrá argüir que se colocarán los más valiosos y que de ellos dependerá prepararse lo mejor posible para lograrlo. Ingenieros hacen falta. Quizás solo un 10% de los que se forman ¿por qué no dejar que el mercado elija a los mejores? Porque se aboca a la frustración al otro 90%, sería la respuesta. Sabiéndolo. Y ahí es donde me duele. Sabemos que no trabajarán en eso pero seguimos admitiéndolos. No hay día en el que no me lo plantee en conciencia. Quizás alguien más debería hacerlo.