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María José Pou

iPou 3.0

Rajoy, Bergoglio y Rouco

Ya sé que 24 minutos no son nada, aunque en la agenda de un papa son suficientes para tomar el pulso a un jefe de gobierno como Rajoy. No es en esos momentos donde se resuelven los grandes temas ni los conflictos, si los hubiera. Esos son minutos de cortesía en los que se ven las caras y se advierten de las preocupaciones que centran su interés. Prueba de ello es que la reunión de Rajoy con Bertone, el secretario de Estado del Vaticano, duró ya el doble.

Lo que me gustó es que la conversación comenzara con lo que preocupa especialmente a los españoles, la crisis y sus consecuencias nefastas para las personas, las familias y la propia sociedad. Después ya vendrían las referencias a los temas más “políticos” como la enseñanza o la familia, pero eso no centró la reunión. No es frecuente que así sea. Ni este papa ni el anterior intentan hacer política con un titular de prensa. Es la elegancia, sutileza o “savoir faire” vaticanas que se echó en falta ayer en las palabras de Rouco.

Quiso la casualidad que coincidiera la visita de Rajoy a Roma con la apertura de la asamblea plenaria de los obispos. En ella, Rouco volvió por do solía. No es que me parezca mal que reivindique lo que considera necesario. ¿Cómo reprocharle al presidente del episcopado que recuerde que la iglesia católica considera el aborto un mal terrible? Es coherente.

Sin embargo, son los modos lo que debería mejorar. A no ser que lo pretendido fuera, precisamente, aquello que una servidora reprocharía: influir en la acción política. Compartiendo sus valoraciones morales, sin embargo, querría esa sensibilidad romana para atender a otras cuestiones, para presentarlas de otro modo o, simplemente, para abordar las mismas pero en un marco de referencia más amplio, orientando a todos, no a un jefe de gobierno.

Hubiera preferido escuchar a Rouco con posturas más pronunciadas sobre la crisis y la atención a sus víctimas, como hizo el papa al destacar la labor de Caritas y organizaciones similares. Quizás solo es un “aggiornamento” de formas pero éstas también son necesarias para ganar credibilidad.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.