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María José Pou

iPou 3.0

A sus órdenes

¿El problema es la expresión o compartirla con el ejército? Desconozco lo que le supone a un policía decir “a sus órdenes” cuando se cruza con un superior pero no me parece descabellado que en una organización jerárquica, el subordinado se ponga a las órdenes de quien está por encima.

Lo digo por el deseo manifestado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) de que se sustituya “a sus órdenes” por “buenos días, jefe”. Alega el SUP para pedir el cambio que la primera expresión es militar y por eso cabe la duda de si la incomodidad es admitir la subordinación o que la frase impregne de tono marcial las relaciones con los mandos policiales.

El saludo con un “buenos días” o “buenas tardes” ya es usado por la policía para dirigirse al ciudadano, algo en lo que insiste la resolución de la dirección general que está a punto de aprobarse y a cuyas alegaciones pertenece esa reticencia al saludo militar. Junto a ella, el texto recoge pautas de uniformidad y apariencia externa a las que tiene que someterse el policía como la prohibición de los piercing o de peinados y complementos extravagantes.

Sobre éstas también se ha quejado el SUP alegando que nadie tiene que decirle a un policía como vestir o cómo presentarse en público y aun siendo cierto que, probablemente, no necesitan que un texto exija decoro en el vestir o la postura para que ellos sepan cómo cuidar la imagen del cuerpo, tampoco es impropio que se recuerde. Sobre todo, en ese último aspecto: la imagen que se proporciona de la policía.

Uno de los factores de la credibilidad es, precisamente, la imagen, de modo que descuidarla favorece un descenso de aquella y, por ende, una disminución de su autoridad. En estos momentos en los que hay grupos que intentan presentar a la policía como un instrumento represor y no un servicio ciudadano, su fuerza no puede venir solo por la capacidad coercitiva sino por una imagen impecable. Eso empieza por la pulcritud y el cuidado en el vestir, comportarse o tratar con los demás, incluidos los superiores. Sin extremismos, pero sin perder de vista su importancia.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.