“Por razones médicas”. Es la coletilla que acompaña cualquier explicación de una operación de estética. Operarse la nariz, la mandíbula, los pómulos o las orejas. Sea lo que sea, termina por justificarse con motivaciones relacionadas con la salud pero casi nunca con la belleza.
No niego que haya muchos casos en los que ésas son las razones que prevalecen o bien que unas y otras terminan por unirse, pero lo que me sorprende es la necesidad que tienen algunos de encubrir los tratamientos de belleza. ¿No es la belleza un canon actual perfectamente aceptado? ¿Acaso no valoramos más a la gente con un aspecto agradable o, por decirlo crudamente, a los guapos sobre los feos? ¿Por qué, entonces, nos cuesta tanto decir que nos hemos operado, nos hemos puesto botox o nos hemos pinchado ácido hialurónico?
Quizás tememos que nos consideren menos por tener una belleza artificial pero ¿acaso no es artificial la utilización de pinturas, pestañas o uñas postizas, alzas en los zapatos o fajas? Desde hace milenios la humanidad hace uso de elementos que realzan la belleza, no hay más que recordar a los egipcios. Incluso, en ocasiones, esas técnicas al servicio, aparentemente, de la belleza ya existente son capaces de encubrir un defecto y potenciar un rasgo hasta el punto de hacer que la persona parezca otra. No es, por tanto, lo mismo que una rinoplastia que transforma por completo la nariz. No hay más que ver la última de un personaje conocido, la de Zaplana, para entender que una cosa es pintarse los párpados y otra, cambiar un rasgo de la cara.
Así se explica quizás que los operados intenten disimular su “culpa” con la apelación a las razones sanitarias.
La cuestión es el porqué de esa culpa. ¿Qué tiene de malo pasar por un quirófano para sentirse mejor? Ojalá algunos pudiéramos corregir los defectos de carácter con la misma facilidad con la que se corrigen los físicos. Buscar la belleza en una vida que es, en realidad, muy corta es un intento de ser feliz. Lograrla con un bisturí no reduce el mérito. Lo realmente meritorio es que solo se necesite eso para sentirse bien.