Al expresidente del Castellón no deberían detenerlo por entrar a la fuerza en casa de una pitonisa sino por algo mucho peor: por pedirle un filtro de amor. Sin menospreciar lo que la Justicia dice al respecto del allanamiento de morada, creer que una señora con poderes paranormales es capaz de llevarnos de nuevo a los brazos de una ex es inaceptable.
Creer en los conjuros, a estas alturas, ¡tiene delito! ¡Eso sí tiene delito!
Lo malo de lo sucedido no es la violencia con la que se presentó en casa de la pitonisa y con la que amenazó a todo el mundo o el micrófono oculto en la solapa, sino que hiciera toda esa operación para recuperar su dinero. Con ello demostraba que se consideraba estafado, es decir, que de haber funcionado el presunto conjuro no se habría personado en casa de la bruja.
El problema del expresidente es que no existen juntas arbitrales ni hojas de reclamación que presentar en Consumo para incumplimientos de pitonisos. ¿Cómo demostrar que la mercancía está defectuosa si la bola de cristal que nos venden no nos muestra más que la nieve cayendo sobre la Torre Eiffel o que un servicio no tiene garantías si el amado nos manda a hacer puñetas una y otra vez?
El gremio de adivinos y echadores de cartas está necesitado de un sistema postventa que resuelva las dudas de los clientes insatisfechos con explicaciones tan peregrinas como sus métodos de seducción. Un servicio de atención al crédulo que le haga ver que sus promesas necesitan tiempo de maduración o que el conjuro actuará siempre y cuando él mantenga la fidelidad a la empresa y engrose su cuenta de resultados.
La pregunta que me hago yo desde ayer es ¿qué esperaba el asaltante? ¿Que funcionara ipso facto? Y lo que es más importante: ¿Cómo confirmar que el servicio no es el contratado? ¿Acaso se compromete en un plazo mínimo? ¿Y si tarda un año en funcionar el filtro de amor? El expresidente necesitaba el aval de El Corte Inglés y aquello de “si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”. Por algo la empresa de Isidoro Álvarez no incluye pitonisos entre su oferta comercial.