Solo he entrado dos veces en Abercrombie. La primera, en Londres, llevada por mi compañera de piso como parte del recorrido erótico-turístico, y la segunda en Valencia, para comprar un regalo adolescente. En la primera, como iba de visita, me pareció exótico y digno de cháchara. En la segunda, me sentí más que incómoda y juré no volver. La decoración ranchera me pareció muy oportuna. Tuve la sensación de que el comprador es ganado y las prendas, su alimento cotidiano.
Por entonces no conocía las declaraciones de Mike Jeffries, consejero delegado de la marca y verdadero patán, que presume de no querer feos en sus tiendas. Intuyo que no las visitará, pues.
Sus palabras han salido ahora a la luz, después de varios años, porque un escritor, aficionado a las “performance” ha iniciado una campaña para boicotear a la firma por aquellas declaraciones. Seguramente es para hacerse promoción o quién sabe si pagado por la competencia para hundir a la empresa megaposh. La cuestión es que se dedica a comprar ropa en sus tiendas y regalarla luego a vagabundos, acción que graba y cuelga en Youtube.
El objetivo es avergonzar a una firma que no quiere feos ni gordas entre su clientela. La pregunta es si se trata de una segmentación legítima del mercado o de una estrategia torpe en el mundo globalizado e hipersensible de las redes e Internet. De momento se enfrenta a un boicot que exige no comprar en Abercrombie para penalizarla por dejar fuera a determinados colectivos. Justo aquellos que están lejos de la perfección estética.
Personalmente me parece bien que se dirija a un público objetivo determinado. Lo malo es que su comprador, en buena parte, es adolescente. Un/a adolescente que se enfrenta a un contexto en el que ya recibe demasiados mensajes sobre el culto enfermizo al cuerpo y los riesgos de trastornos alimentarios que ello produce. Lo que no es de recibo es que ahora Jeffries diga que está contra la discriminación. No lo está. Todo lo contrario. Sin embargo, el mejor boicot no es dejar de comprar sino, al revés. Llenar el mundo de feos “abercrombies”.
FOTO: ABCNews