Soy de las que piensa que nunca debía haberse construido el Palau de Les Arts. No lo digo solo porque se nos caiga de las manos. Caerse, se nos cae, literalmente. Por lo que nos cuesta y porque se desmonta con más facilidad que mis construcciones de las Polly Pocket. Que ya es decir.
Lo digo sobre todo porque habiendo un Palau de la Música, nunca me pareció imprescindible tener otro auditorio. No se me puede reprochar desafecto hacia la ópera. Al contrario. Si volviese a nacer me gustaría reencarnarme en prima donna lírica para interpretar a Tosca y matar a Scarpia con mis propias manos en el Palacio Farnese o a Mimí en ese milagro que es cantar a pleno pulmón y morirse de tisis al mismo tiempo.
La cuestión es si Valencia podía aspirar a competir con el Liceo o con La Scala sin una acreditada tradición operística. Ínfulas de nuevo rico, me han parecido siempre y que me perdonen los aficionados.
Valencia debía haber dedicado su mejor espacio a lo que sí le es propio: la música de banda. Ésa es la que merece un Palacio, una programación de lujo, un mimo que solo los valencianos podemos darle. Tiene mucho de eso, pero se le podría dedicar más recursos tanto a la formación como a la proyección internacional. Creímos, quizás, que era un género menor y nos envolvimos en los oropeles de la gran ópera.
Aún con todo, a pesar de mis reticencias y, ya que tenemos el Palau, bueno es que se rentabilice en términos económicos y de imagen. Por eso me alegra ver a la Reina dando realce al lugar; a Zubin Mehta llenando de música sus tripas, y al ministro de Cultura avalándolo. Sobre todo -en el caso del ministro- haciendo ver que en Valencia se hace cultura incluso con dinero público e incluso con apoyo de un gobierno del PP. Supongo que ahora viene eso de que es una cultura elitista. Es cierto. Lo es. Pero es cultura, como lo son las Rocas del Corpus o las jornadas de Russafa Cultura Viva. En estos tiempos, todo lo que promueva el arte debe ser bienvenido. Y también el ministro cuando viene a hacer cultura, no solo política como algunos de sus antecesores en el cargo.