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María José Pou

iPou 3.0

Cocina de vanguardia

A veces nos duele que la reacción al saber que somos españoles no sea la de reconocer nuestros méritos científicos o filosóficos. Poca gente nos dice “¿española? Oh, ¡qué genio Ramón y Cajal! o ¡grande María Zambrano!”. A menudo nos nombran al Madrid o al Barça y la paella. Si el personaje es un poco más cultivado, quizás nos recuerde a Ferrán Adriá, a Plácido Domingo o a Dalí. La cuestión es que, entre todas esas referencias, hay una que no suele faltar: la gastronomía española.

Unas veces, por el tópico de la tortilla de patatas, las tapas o el jamón, junto al plato favorito de los Love of Lesbian. Otras, por los grandes chefs que pueblan la guía Michelin, los premios de ‘Restaurant’ o el imaginario colectivo que integra creatividad mediterránea y placer vital.

Por eso, estoy con Quique Dacosta cuando propone que la gastronomía española sea galardonada con un Príncipe de Asturias y lo compara al cuidado que los franceses tienen de sus grandes aportaciones al mundo. Ellos le darían la Legión de Honor, ¿por qué no un Príncipe de Asturias?

Sería un modo de proyectar nuestra propia imagen y, además, superar la limitación del foco que pone la Michelin sobre las cocinas de España. Ésas son las grandes pero hay más y, sobre todo, hay diversidad, riqueza, convivencia de vanguardia y relectura de la tradición; cultura del sabor sin prisas; combinación de buenos caldos, inmejorables materias primas autóctonas y dominio de la técnica más novedosa.

También así se abriría el objetivo a “otras” cocinas. Aunque han marcado una línea imprescindible, han abierto fronteras, han experimentado y han aportado grandes innovaciones, la cocina española no es solo la escuela vasca o la catalana. Dacosta es un ejemplo de la potencia de la cocina valenciana actual. No hay más que ver cómo en plena crisis han abierto en Valencia nuevos espacios algunos grandes de nuestro entorno como Ricard Camarena, Quique Barella o el propio Dacosta. Es legítima, pues, su petición. Pero yo la ampliaría: pediría al Consell un reconocimiento previo a la cocina valenciana de vanguardia. Es lo justo.

Temas

crisis, cultura

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.