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María José Pou

iPou 3.0

El rey y Ajax

Ajax es el nombre de un precioso pastor alemán que ayer participó en la audiencia con el rey en la Zarzuela. Acaba de ser condecorado por la organización benéfica inglesa People’s Dispensary for Sick Animals (PDSA) en reconocimiento de su capacidad para encontrar un explosivo en Palma y evitar así un segundo atentado, tras el que costó la vida a dos guardias civiles en 2009.

Ajax tiene 13 años lo que significa pura vejez en un animal de esas características, pero olfato no le falta. Aunque tenga cataratas o esté duro de oído por culpa de la edad. El olfato es otra cosa. Todo un mundo en el entorno canino.

Por eso me inquietó que ayer Ajax olisqueara con tanta familiaridad al rey cuando se le acercó. Primero le olió los dedos cuando el monarca se los acercó al hocico. Hizo bien el rey al aproximarse así al animal. Es algo que deberían saber muchos cuando saludan por primera vez a un perro. Hay que entenderse con él en su idioma y los perros no siempre aceptan de buen grado que les pongan la mano de golpe en la cabeza. Sobre todo cuando se trata de un desconocido. Así pues es mejor acercarle la mano y dejar que él huela y tome nota de quiénes somos o bien acariciarle el cuerpo, en un costado y no en la cabeza, como si fuéramos sus amos.

Después de olerle, Ajax se animó a ponerse en pie y acercarse a él para seguir averiguando más sobre ese señor que le saludaba. Ahí fue donde me empecé a preocupar. Ajax seguía con el hocico recorriendo el pantalón de Su Majestad y por un momento temí que ladrara reconociendo un peligro inminente en la prótesis de su cadera. Con los perros nunca se sabe. El mío, a veces, olisquea coches y personas con modos de guardia civil perruno y, como no le guste, ladra mirándome fijamente. Tanto que, en ocasiones he estado a punto de decirle al fulano con malas pintas que se me acerca “es que antes era perro policía”.

Me quedé, eso sí, con las ganas de que en la audiencia estuviera también Urdangarín, por ver qué hacía Ajax, si levantar la patita y ponerle perdido o tirarse encima, inmovilizarlo y avisar a sus jefes.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.