Cuando veo a José Bretón declarar como si tal cosa durante el juicio por la desaparición de sus hijos, se me hiela la sangre. No lo digo porque lo considere culpable. No soy quién para juzgarlo aunque tenga mi propia opinión al respecto. Suponiendo que sea inocente, cosa de la que dudo, ¿cómo es posible que un padre no se rompa al hablar de unos hijos a los que no ve desde hace años y cuyo paradero desconoce? Ya sé que ni su actitud ni su frialdad ni su silencio deberían ser indicios de delito pero no comprendo que un padre en su situación no desee morirse.
Pienso, en contraposición a él, en un caso sucedido en la localidad italiana de Piacenza hace unos días. Allí, un padre que iba a dejar al niño de dos años en la guardería lo olvidó y se fue al trabajo. Aparcó el coche y no pensó en que dejaba al crío dentro con las ventanas cerradas. Cuando quiso volver habían pasado ocho horas y el niño había muerto. Cuentan que el padre se volvió loco e incluso quiso suicidarse, que ahora dice que solo quiere vivir para evitar que vuelva a suceder lo mismo a otra persona y que sabe que no hay manera de lograr el perdón de su mujer. Es un hombre destrozado que es lo propio en una situación como ésa.
Es lo que yo esperaría de un padre como José Bretón a cuyo cargo estaban los niños en el momento de la desaparición. Sin embargo, se le ve entero, convencido y tranquilo. ¿Puede un padre estar tranquilo mientras no conozca dónde están sus pequeños? Me resulta inconcebible.
Ahora bien, lo que más me inquieta no es ni siquiera él sino sus padres. Los abuelos de los chiquillos. Los dueños de la finca donde, supuestamente, ocurrió todo. No hay filiación que pase por encima de un hecho como ése, de ser cierto. ¿Se puede mantener la confianza y el apoyo en el hijo sabiéndolo sospechoso de algo así? Ya sé que la sangre tira y un hijo siempre es un hijo. Excepto cuando deja de serlo por haberse convertido en un monstruo. Espero que no sea el caso pero si hay algo que no quisiera ver, como jurado, es el testimonio exculpatorio de los abuelos paternos.