“Es un gesto que le honra”. Hay que ver lo que las circunstancias obligan a decir a los políticos. La frase es del vicepresidente Císcar y alude a la salida “voluntaria” de Rafael Blasco diez minutos antes de que lo echaran.

Sin quererlo, la frase me suena a tanatorio. Le deseo larga vida al “extodo” pero cuando sitúo la expresión en un tanatorio lo hago pensando en esas grandilocuentes palabras de elogio que suelen pronunciarse en ese entorno. Lo dicho ayer por Císcar es como un “se ha ido un grande”, “ante todo era una gran persona” o “siempre se van los mejores”. A veces se escucha con pleno sentido pero muchas otras es lo que toca decir.

Lo de Blasco ni le honra ni le deja de honrar aunque Císcar se lance al elogio fúnebre cual Pericles a los caídos. Es pura estrategia, respetable en la acción política pero estrategia. Hizo un pulso, creyó ganar, calculó sus fuerzas y al final prefirió perder una batalla quién sabe si para ganar la guerra.

Aparte de eso nos venderán la milonga de que no hay fractura interna en el PP ¿a quién se lo venden? Yo no compro y creo que muchos ciudadanos estarán en mi misma tesitura pero los políticos se empeñan en mantener los mismos modos, los mismos discursos y las mismas referencias. En tiempos de descreimiento general, aún hacen uso de técnicas propias de la fe ciega. Es inaudito. Me parece más asombroso eso que la salida del Todopoderoso Blasco.

¿Qué gesto le honra, pues? ¿Irse de un partido, cuando se supone que cree en su proyecto? ¿Utilizar la televisión para desautorizar al líder o para poner de manifiesto que no lo es de verdad? ¿Le honra callar o hablar sin llevar la etiqueta que pudiera comprometer a los demás? Para mí ya no hay gesto que honre a un político si no es el de servir a los votantes con entrega, discreción y sacrificio. Y esos tres rasgos los veo muy lejos de la clase política actual, entregada a sus respectivas luchas internas de poder ya sea el PP abierto en canal con los “gürteles” ya sea el camarote de los hermanos Marx del PSPV del que hablaba hace unos días Héctor Esteban en estas mismas páginas.