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María José Pou

iPou 3.0

Gafo y la Marca España

Hay que reconocer que al ministro de Exteriores no suele temblarle el pulso cuando se decide a eliminar a alguno de sus colaboradores. Lo hizo con el cónsul que se ausentó de su puesto en Boston alegando que su horario había terminado, justo el día del atentado en la maratón, y lo acaba de hacer ahora con el director adjunto de la Marca España por un tuit en el que llamó “catalanes de mierda” a quienes pitaron al himno nacional durante la inauguración del Mundial de Natación en Barcelona.

Quizás sea eso y su combinación de impasibilidad y racionalidad al referirse a cuestiones polémicas lo que me hace tenerlo en el top de los ministros más presentables.

Ahora bien, si esa determinación es necesaria en quien tiene un puesto de mando, no lo es menos el esfuerzo por evitar llegar a ese punto. La pregunta es ¿cómo se le dio a este sujeto, de nombre Juan Carlos Gafo, responsabilidad alguna en la imagen de España en el extranjero?

Soy de la opinión de que a todos se nos salen las intolerancias por las costuras y a poco que uno se fije se ven con toda transparencia. A mí sin ir más lejos me indignan los que pisan a quienes ven débiles. Si alguien quisiera nombrarme “embajadora” de la “Marca Porque Yo lo Valgo (y tú, no)” haría mal, muy mal. En cualquier momento, un tuit podría dejarme al descubierto aunque sin los términos gruesos de Gafo porque una, en público, solo habla así para referirse a terroristas, maltratadores, pederastas o torturadores de animales.

Por eso estoy segura de que muchos en el ministerio le habrían oído decir más de una vez lo que escribió en Twitter. ¿Cómo llegó a ese puesto? Espero que no sea porque la “Marca España” se considere un modo de reafirmar a España contra alguien. Ese no es el camino. A mí también me molesta la pitada, como lo haría si alguien pitara al son del “Cant dels Ocells” que para muchos significa tanto, pero la forma de “vender” España es con toda su riqueza, también con Cataluña. Y nunca, nunca, se puede descalificar así a nadie desde un gobierno. Ni siquiera a quien se equivoca y nos insulta.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.