>

Blogs

María José Pou

iPou 3.0

Extranjeros en Europa

En Rusia andan deteniendo a inmigrantes no solo porque sean ilegales sino por las protestas de algunos ciudadanos contra la presencia de trabajadores extranjeros; en Francia, expulsan a niñas en medio de una excursión escolar y, mientras tanto, sube la extrema derecha de Le Pen, y en Grecia han tenido que atajar a los Aurora Dorada después de obtener un gran éxito electoral. Hasta hace poco nos preocupaba la existencia de grupos extremistas por sí mismos y por el posible triunfo en futuras convocatorias a las urnas. Ahora sabemos que el futuro ya está aquí.

Europa, en medio de la crisis, se está volviendo hacia los inmigrantes y refugiados como si fueran el enemigo. Sin embargo, ellos no han sido quienes han puesto la economía a los pies de los caballos ni quienes han hecho estallar la burbuja en la que nos metieron, por cierto, gentes con “pureza de sangre” nacional. Europeos de varias generaciones, podríamos decir. Rh contrastado.

Frente a esas protestas vemos a estudiantes de los institutos franceses reclamar otro trato hacia colectivos especialmente vulnerables o manifestaciones en Roma donde se pueden leer pancartas que encogen el corazón en apoyo de los inmigrantes como aquella que decía “Perdonad que no nos hayamos ahogado”. Ante esas reclamaciones, el ministro francés de Interior, Valls, apunta algo esencial al decir que “la pasión no puede guiar la política”. No deberíamos esperar de un Ejecutivo que reaccionara irracionalmente ante unas protestas.

Tiene razón Valls cuando habla de controlar los flujos migratorios -aunque sean cuestionables las formas- sobre todo a favor de los propios inmigrantes legales. Ellos trabajan, cotizan y pagan impuestos. En definitiva hacen lo que algunos españoles no hacen. La laxitud hacia la inmigración ilegal y hacia el trabajo en negro solo puede perjudicar a los propios extranjeros legales. Corren el riesgo de ser asimilados a un grupo indeseable: los foráneos -y los españoles- que se aprovechan de los resquicios legales en su propio beneficio. Para la picaresca, que tanto nos perjudica, no hay ADN ni pasaportes.

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.