>

Blogs

María José Pou

iPou 3.0

Recortar en felicidad

Si Chávez tenía un programa de radio, Maduro debería tener una serie. Para él solo. Con varias temporadas. Es el Dr. Shepherd de la política latinoamericana, el Bart Simpson del Nuevo Continente, la Carrie Bradshaw del Sur. Es la estrella más rutilante de etnopopulismo internacional.

A mí me tiene sus pies. Básicamente, porque me troncho con sus ocurrencias y acabo por los suelos. Lástima que no haya un Chaplin o un Mel Brooks que se anime a hacerle un “Gran dictador” o una “Loca Historia del mundo” a su medida.

Primero habló con pájaros y otras avecillas silvestres sin aclarar en ningún momento por qué Chávez se le aparece como colibrí y sin embargo Simón Bolívar no lo hace como águila imperial, valga la paradoja.

Ahora se trata de su nuevo viceministerio, el de la Suprema Felicidad Social. No se conforma con alegrarnos el día con un chascarrillo contado en directo por el único pajarillo que usa chándal bolivariano sino que pretende llevar el Nirvana a todo digno seguidor del chavismo.

Ya sé que el objetivo es aglutinar bajo ese nombre la política social que promueva el gobierno pero eso de asegurar, por decreto, la felicidad me da muy mala espina. A la felicidad se puede invitar, animar o aproximar pero no por mandato presidencial.

Me pregunto cómo se planteará su acción gubernamental el responsable último del asunto. Yo no dormiría si supiera que tengo que asegurar la obtención de la felicidad para todos y cada uno de los ciudadanos. Y menos en un país donde tantos tienen demasiados motivos para ser infelices. Porque, además, no se conforma con poco sino con la Suprema Felicidad. Toda ella. Sin tapujos ni medianías. La Suprema.

Entiendo que en esa materia no puede hablarse de recortes porque, de ser así, ¿qué diría el viceministro a la población? ¿que tienen que recortar en felicidad? Mal está que nos anuncien subidas de impuestos y reducción de gasto público en sanidad, educación o cultura, pero que admitan que tienen que recortarnos en felicidad es terrible. En el fondo es la mejor metáfora de lo que está sucediendo. Nos impiden ser felices. Por decreto.

Temas

debates, poder

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.