¿Alguien confiaba en que el PP acabaría tomando medidas contra Ballester por dedicar tiempo y recursos de los ciudadanos a recoger firmas en defensa de un corrupto? Yo, desde luego, no. Estaba convencida de que todo iba a quedarse en un brindis al sol. ¡Hay que tener mucho respeto a los representados como para eso! Lógicamente el partido tiene que hacerse la ofendida, negar la evidencia y rasgarse las vestiduras para que no creamos que todos son así. Verso suelto, creo que se llama.

Pero es una pose, como ha quedado de manifiesto. Lo de menos son las explicaciones, que se fabrican ad hoc para justificar lo que, desde el principio, se compartía sin decirlo.

Tampoco creo que hubiera servido de nada represaliar al imprudente que dijo e hizo lo que muchos pensaban pero nadie se atrevía a aventurar. Lo malo no es que recojan firmas sino que piensen en que el pobre exalcalde no ha hecho nada realmente malo. Que no es un delincuente, aunque se le fuera la mano gestionando lo que a usted y a mí nos quitan del sueldo cada mes. Bien está, pues, que den el tema por zanjado. Los partidos tienen tragaderas XXL siempre que no desbaraten el triunfo electoral o la poltrona local y eso es, al parecer, lo que ha primado aquí. Otro Álvarez Cascos y pueden darse por finiquitados.

Lo malo es que los ciudadanos ya no somos ingenuos ni confiados y tenemos otro modo de zanjar las cosas, por ejemplo, tirando a una zanja el sobre con las papeletas de la gaviota en cuando lleguen a casa. Si ellos hacen una defensa corporativista de los suyos contra toda lógica, los votantes haremos la nuestra, con la diferencia esencial de que su dinero no nos financia y en cambio, el nuestro, sí les subvenciona a ellos. Tampoco quiero hacer de esto un gesto tremendo y apocalíptico. No es más que otra más. No nos sorprende, no nos escandaliza ni nos llama la atención. Ahora solo es memorable por el grado de desfachatez. Eso aún me indigna: que crean que no nos importa ni nos afecta; que piensen que pueden seguir comportándose al margen del bien común y encima vamos a agradecérselo en las urnas.