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María José Pou

iPou 3.0

El bastón de Lucía

Parece fácil arrancarle una sonrisa a este Papa. Una sonrisa, un gesto simpático y hasta un “selfie”, esas autofotos que todos nos hacemos con el móvil. Es un Papa natural, dispuesto a dejarse llevar por la emoción en el abrazo a un enfermo o en el consuelo al familiar de una víctima. Y también en la carcajada ante una broma. No es un Papa solemne, aunque suene a paradoja. Es un Papa siempre dispuesto a decir mucho con una frase o con un simple gesto. Lo que no parece tan sencillo es dejar a un Papa argentino sin palabras.

Eso casi lo consigue Lucía. A sus 9 años tenía muy claro para qué iba a Roma con una delegación de la ONCE de Valencia. Quería tocar al Papa. Quería conocerlo. Como Luis y Conchi, sus padres. Y con el orgullo de su hermana Miriam, exalumna mía, que es quien me lo ha contado. Ella es quien me ha dicho que el Papa se puso a tartamudear al ver el gesto de Lucía, dispuesta a regalarle su bastón blanco: “no, no, me da mucha pena, ella lo va a necesitar”, dijo a la madre. Por una vez, no tenía palabras. ¿Acaso se puede decir algo ante un gesto de ese calibre? Para Lucía, su bastón es la llave con la que abrir el mundo entero, con el que ser autónoma e ir segura. Y, sin embargo, quería renunciar a todo eso para ofrecérselo al Papa. No me extraña que se quedara mudo. Entendía lo que ese regalo significaba. Y más cuando Lucía le dijo: “Santidad, le quiero regalar este bastón porque será mis ojos toda la vida”. Ante un gesto así de sencillo, tan lleno de fe y de cariño, solo entran ganas de convertirse en los ojos de Lucía para siempre. Por eso el Papa decidió hacer un trato y darle lo mejor que tenía él: su bendición.

Los demás necesitamos ver los gestos del Papa para creernos que es cierto lo que predica de la bondad, el perdón y el amor al prójimo. En cambio, Lucía nos aventaja. Ella lo sabe. Ella confía en el Papa. No necesita verle ¡con lo engañosa que es la realidad! Lo siente. Y, con su bastón, nos ayuda a verlo. Por eso ella puede renunciar a él. Somos los demás los que realmente no vamos a ningún sitio sin el bastón de Lucía.

NOTA: el artículo fue leído en la fiesta de la ONCE en Valencia, http://www.lasprovincias.es/v/20131216/comunitat/apoyo-invidentes-celebra-aniversario-20131216.html

Socarronería valenciana de última generación

Sobre el autor

Divide su tiempo entre las columnas para el periódico, las clases y la investigación en la universidad y el estudio de cualquier cosa poco útil pero apasionante. El resto del tiempo lo dedica a la cocina y al voluntariado con protectoras de animales.


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