La lucha por cualquier causa tiene un límite imprescindible: el sentido común. Lo digo por la acusación lanzada desde el Consejo Audiovisual Andaluz (CAA) de que en TVE se hace apología de la violencia de género. No es que haya aparecido un energúmeno en un debate defendiendo lo indefendible ni que hayan emitido un reportaje minimizando esa terrible lacra de nuestra sociedad. Si así fuera, todos -y yo la primera- nos lanzaríamos contra la televisión estatal para pedir la cabeza de sus directivos.
El problema es “Cine de barrio”. En él, al parecer, se emitió la película “El taxi de los conflictos” en la que un personaje sugiere pegar palizas a la mujer. Frente a las críticas que ese programa ha generado hasta el momento, la Defensora del Espectador ha dicho lo sensato, esto es, que se debe contextualizar y señalar que la España de entonces no es la de ahora. Y, ¡ése es el gran logro! Sin embargo, para la presidenta del CAA no es suficiente con decirlo, si la película se programa en horario infantil. Como si los toros fueran más educativos.
Imagino que, entonces, evitará escuchar emisoras de radio que programen música de la movida, donde la Orquesta Mondragón mostraba a la mujer objeto (sexual y bufo) al ritmo de “ellos las prefieren muy muy gordas”; Loquillo cantaba “que no la encuentre jamás o la mataré” o “dispararé a quien quieras por ti” y Marta Sánchez hablaba como si tal cosa con un acosador telefónico que le llamaba de noche y se presentaba en su propia casa. Y ni qué decir de la música o el cine de los 60 donde los babosos salidos acosaban a las suecas o las mujeres solo se dedicaban a la familia o a buscar novio para casarse y hasta el gran Manolo Escobar le decía a su chica que no se pusiera minifalda -el inicio de la violencia de género- o se quejaba en una rumba de que lo metieran en la cárcel por besar a una mujer aunque, en esos años, fuera todo un hito contra el acoso que lo llevaran al cuartelillo.
Lo que hace falta es visionar ese cine en los colegios para que los chavales aprendan a ver el país de entonces y sus anacronismos, para luego saber construir una España mejor.