El PP ha abierto la caja de los truenos. Ya sé que llevaba varias abiertas pero ésta es la madre de todas las cajas: el aborto. Ha conseguido, incluso, que algunas voces que siempre andaban con tiento y procuraban decir “interrupción del embarazo” en lugar de “aborto”, hayan olvidado todas sus prudencias y hablen ya de “ley del aborto” como si tal cosa. Se acabaron los pactos, diálogo y consentimientos entre grandes partidos; se acabó la pax romana en la vida pública, si es que ha habido alguna. Empieza la carrera electoral. Y de ahora en adelante ya solo hay metas volantes hasta las generales, con la convocatoria de las europeas en primer lugar.

Lo decía ayer Rubalcaba refiriéndose a la presentación de esta ley. Decía que lo único que la explica es hacer un guiño hacia ciertos sectores que le piden “más derecha” pero no sé si acierta realmente. Es verdad que la difusión de su contenido esencial puede interpretarse como un modo de ganar a una parte “dura” del electorado pero dudo de que lo consiga. Gallardón ha logrado lo inaudito: hacer una ley que enfrenta de pleno al Gobierno con la oposición sin que le una a sus votantes. O sea, que no contenta a nadie. ¡Bravo, figura!

El sector más extremo del partido no termina de comprender qué está haciendo Rajoy en su favor, a pesar de que los de enfrente piensen que solo gobierna para la derecha. Parece obedecer a Bruselas pero eso significa un intervencionismo que los liberales no entienden, mientras que se produce un desmantelamiento del Estado del Bienestar que perjudica a todos, incluyendo a los suyos. Al mismo tiempo, las cuestiones ideológicas y que le proporcionan votos tienen un protagonismo “popular” un tanto difuso como la política antiterrorista o la lucha contra la delincuencia tras la sentencia de Estrasburgo. El gobierno hace lo suficiente como para levantar “en armas” a la izquierda pero eso no anima a la derecha. No hay más que ver las chapuzas de las becas, las cuchillas antiinmigración o Gibraltar. La del aborto es una similar. Es casus belli para la izquierda pero decepción para la derecha que no quiere aborto de ningún modo.